miércoles, 18 de diciembre de 2013

EL FRUTO PROHIBIDO

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros este pequeño relato que escribí hace bastante tiempo que tiene como protagonistas principales a dos personajes de Con el corazón roto. 
Se tratan de Ethan Beckham, hermano mayor de Freddie y hermanastro de Olivia, y Lucía Parrado, la joven de la que se enamora.
Ethan es un joven estadounidense pobre y bastardo. Lucía, en cambio, es la hija de un próspero terrateniente mexicano. Su amor es imposible. ¿O no lo es?
¡Vamos a descubrirlo!
Su historia está más desarrollada en la novela. Aquí sólo puedo dar unas pequeñas pistas acerca de por dónde irán los tiros, como se suele decir.

SAN EZEQUIEL, REPÚBLICA DE TEXAS, DURANTE LA DÉCADA DE 1840

                  Estoy jodido, pensaba Ethan Beckham. 
                  Había cometido un terrible error al enamorarse de una joven con la que jamás podría estar. 
                  Lucía Parrado era poco menos que un imposible para él. La hija de un próspero terrateniente jamás se fijaría en alguien como él, que era un don nadie. El hijo ilegítimo de un ranchero que era más bien mediocre. A menudo, se sorprendía así mismo yendo a caballo hasta el rancho de los Parrado. Se conformaba con ver a Lucía desde la distancia. 
                  Sean O' Hara, el padre de Ethan, había engañado a su esposa Sarah con la madre de Ethan y de Freddie, Dawn Beckham. Con ella, había tenido dos hijos al margen de su familia legítima. Sean se justificaba así mismo diciéndose que no había nacido para estar casado con una sola mujer. Sean era natural de Dublín, pero había viajado mucho por el mundo. Había estado trabajando como camarero en un conocido salón de baile. Su sueño era viajar a Estados Unidos. Creía que se haría fácilmente rico en aquel lugar. Un país nuevo...Casi por descubrir. 
                   Todo cambió cuando conoció a Sarah. Y ella se enamoró perdidamente de él. 
                   Sean nunca fue un marido infiel. Se sintió atraído por Dawn. Eso era algo que nunca negó. La buscó. Y acabó teniéndola entre sus brazos. En el pueblo, se decía que Dawn no había sido la única amante que Sean había tenido. Era conocida porque le había dado dos hijos. Pero no había sido la única mujer de su vida. Sarah tuvo que compartir a su marido con otras mujeres desde que se casaron. Había cerrado los ojos demasiadas veces. Sin embargo, llegó un momento en el que no pudo más. Se rumoreaba en el pueblo que el bebé que Sarah había abortado, un aborto que le costó la vida, no era de Sean. Era de otro hombre. 
                     A veces, Ethan se encontraba con la bella Lucía cuando ésta estaba montando a caballo. Ella le saludaba. Ethan creía que lo saludaba sólo porque debía de ser amable con él. 
                      Debía de hacer algo para sacarse a Lucía de la cabeza. La joven se relacionaba con otras jóvenes de familias pudientes que vivían en el pueblo. Viajaba mucho a Alameda a visitar a la modista de la ciudad. Era una mujer famosa por sus diseños exclusivos. A Lucía le gustaba mucho vestir a la moda y era algo coqueta y caprichosa. 
                  A pesar de las diferencias que las separaban, Lucía era íntima amiga de las hermanas Wallace. Las visitaba con mucha frecuencia a su rancho, La Rabia. 
                   Se llevaban muy bien. 
                   Lucía era una joven inteligente y alegre. Poseía un largo cabello de color oscuro. Y sus ojos eran de color azul oscuro. No se consideraba así misma una beldad, comparada con las hermanas Wallace. Sin embargo, Ethan estaba al tanto de los caballeros que iban a visitarla al rancho de sus padres decididos a cortejarla. Unos caballeros a los que Lucía desdeñaba. 

                     Se celebró un baile en el rancho de los Wallace. Ethan decidió acudir. Aquella noche, se atrevió a acercarse a Lucía, quien permanecía sentada en una silla. Los dos permanecieron un largo rato hablando, conociéndose mejor. 
-Pensé que nunca te acercarías a mí-dijo Lucía. 
-Y yo pensé que no querías saber nada de mí-replicó Ethan. 
-¿Por qué dices eso?
-Venimos de mundos opuestos. 
-¡Pero eso no quiere decir nada! Deseaba conocerte mejor. Te noto algo aislado del resto de la gente. Y eso no es bueno. 
                  Daban cuenta cada uno de un vaso de ponche. Los violines interpretaban una animada melodía. 
Habían varias parejas bailando al son de la música que estaba sonando. 


-No te veo nunca en fiestas-observó Lucía. 
-No me gustan-se sinceró Ethan. 
                    Bailaron unas pocas piezas juntos. Y, antes de separarse, Ethan le robó, en un acto impulsivo, un beso a Lucía en los labios. 
                     A partir de aquella noche, los dos se dedicaron a buscarse. De algún modo, Lucía le había dado a entender que correspondía a los sentimientos de Ethan. ¡Y era verdad! También estaba enamorada de él. Su padre se enfadaría con ella si se lo contaba. Su madre sufriría un ataque de nervios. Y ella se dedicaba a buscar a Ethan. 
                   Las hermanas Wallace estaban atónitas. 

                   Algunos días después, Lucía se apareció en el pequeño huerto que los Beckham tenían detrás de la casita de madera donde vivían. Ethan estaba arando la tierra junto a su hermano Freddie. El joven vio a Lucía. Y decidió alejarse para darles más intimidad. Ethan no sabía si darle las gracias o darle una patada en el trasero. Pero agradeció el poder estar a solas con Lucía. 
                  Cuando la joven llegó a su altura, le rodeó la cintura con el brazo atrayéndola hacia sí. Los dos se fundieron en un beso cargado de pasión. 
                   Lucía correspondió a aquel beso. Ethan bebió de los labios deliciosos de Lucía y pensó que nunca se saciaría de ella. La joven se apartó de él. 
-Lo que estamos haciendo es una locura-tuvo que admitir. 
-Estás en lo cierto-suspiró Ethan-Pero es demasiado tarde. Ninguno de los dos puede renunciar a lo que ha nacido entre nosotros. ¿O es que piensas que no hay nada entre nosotros? 
                   Los ojos de Lucía se clavaron en Ethan y el joven se dio cuenta de que los tenía brillantes. Unos ojos preciosos...Intensos...
-Pienso mucho en mis padres y en lo que esperan de mí-se sinceró Lucía-Pero también pienso en mí. En lo que yo siento por ti. Nunca fue mi intención el ser amable contigo. Sólo quería que te fijaras en mí-El corazón de Ethan dio un vuelco cuando escuchó hablar a la joven-Porque sólo quería una cosa. ¡Estar contigo! 
-Yo no lo sabía-admitió Ethan-Pensaba que era muy poca cosa para ti. Y sigo pensándolo. No valgo nada. Tan sólo soy el hijo ilegítimo de Sean O' Hara. Y, además, no tengo nada. Soy un gringo pobre, como diría tu padre. ¿Qué tengo yo que pueda ofrecerte? No tengo nada que ofrecerte. Y tú te lo mereces todo. Mereces algo mejor que yo. 
-¡No digas eso!-le imploró Lucía-¡Tú! ¡Eres lo único que busco! 
-Lucía...


                     Su relación transcurrió en la clandestinidad. 
                     Sólo las hermanas Wallace y Freddie estaban al tanto de la misma. Dawn sospechaba algo, pero no pudo demostrar nada. Sólo veía a Ethan más ausente y, al mismo tiempo, más alegre que de costumbre. 
                     Temía por él. Se veía así misma reflejada en su hijo. Y sabía que podía terminar mal. 

                     Una noche, Ethan y Lucía se vieron en el pequeño huerto, cuando Dawn y Freddie estaban profundamente dormidos. Ethan tenía poca experiencia con un par de chicas del saloon. Y Lucía era virgen. Pero había decidido entregarse a Ethan. Lo besó muchas veces. Se abrazó a él. 
-Deseo quedarme embarazada-le confesó a Ethan. 
-¿Por qué dices eso?-inquirió el joven. 
-Si me quedo embarazada, mi padre te obligará a casarte conmigo. Y yo busco eso. 
                      Ethan no pensó en nada mientras estuvo en brazos de Lucía. 
                      La joven no sintió miedo alguno. Las manos de Ethan recorrieron el cuerpo medio desnudo de Lucía.  Ella confiaba ciegamente en él. Se besaron muchas veces. Se acariciaron mutuamente. Ethan hundió la cara en el cabello de Lucía, tan suave y tan abundante. 
                    También Ethan estaba medio desnudo. No pensó en lo que estaba haciendo. Recorrió con los labios el cuello de Lucía. 
                      Y se entregaron el uno al otro. Dos personas que se amaban en la oscuridad de la noche. 

FIN

sábado, 14 de diciembre de 2013

DESCRIPCIÓN DE ESTELLE SEGÚN FREDDIE

Hola a todos.
Hoy, me gustaría subir aquí un trocito de Mía Stella. 
En este trozo, vemos cómo Estelle aparece ante los ojos de Freddie.
Espero que os guste.

                          Estelle era una joven que Freddie calculó que debía de ser algo menor que él. Le recordaba a una Princesa de cuento de hadas, quizás, debido a su apariencia. Su figura era delgada. Era bajita, pero estaba bien formada. Pensó esto último contra su voluntad. Los ojos de Estelle eran de color azul claro, muy parecidos a los ojos de Olivia. Poseía un largo cabello de color rubio muy claro. Estelle le dedicó una sonrisa radiante al ser presentados.
-Es todo un placer conocerle, señor Beckham-afirmó. Le extendió la mano con gesto desenvuelto-Livie no para de hablarme de ti.
                      Freddie besó la mano de Estelle con cortesía.
-Lo mismo digo-corroboró el joven.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA ESTRELLA

Hola a todos.
Para no perder las buenas costumbres, aquí os traigo un nuevo fragmento de mi blog novela La estrella. 
Vamos a conocer mejor el pasado de Frederick.
Es un fragmento pequeño, pero espero que os guste.

              Frederick estaba convencido de que su hermana haría un buen matrimonio porque Olivia poseía una belleza embriagadora. Pero la joven no parecía estar dispuesta a casarse. Era un secreto a voces el origen de Frederick.
            Durante años, Frederick había sido el secreto mejor guardado de Sean O' Hara. Su hijo secreto…
            Al menos, así lo había pensado. Pero los secretos no pueden permanecer escondidos durante mucho tiempo. La verdad siempre sale a la luz antes o después. En el caso de Sean, había pecado de ingenuo si podía ocultar durante mucho tiempo la existencia de Frederick en un lugar tan pequeño como lo es la isla de Neebish. La gente se conocía allí. Se sabía acerca de la vida del prójimo. Frederick se parecía mucho a Sean. Los rumores empezaron a correr como la pólvora. En un primer momento, Sean lo negó todo. 
            Los rumores acabaron llegando a oídos de su esposa, de Sarah. La mujer no quería creer lo que estaba escuchando. No era tonta. Sabía que su marido le era infiel con otras mujeres. Su hermana Bridget intentaba abrirle los ojos. Pero Sarah se negaba a creérselo. Se había casado con Sean perdidamente enamorada de él. 
             Sean la amaba a su manera. Poco a poco, el amor que sentía Sarah por su marido se esfumó. Sean le había causado demasiado daño. El saber que era padre de un hijo nacido fuera del matrimonio fue la gota que colmó el vaso. Permaneció a su lado por Olivia. 
              Sean no pudo negárselo a Sarah cuando ésta se lo preguntó. No podía seguir mintiéndole. 
            La madre del joven era una actriz de teatro. Trabajaba en una compañía que hacía espectáculos a bordo de un barco de vapor. Ya tenía treinta años y había tenido otros amantes cuando nació su hijo. Sean O' Hara la conoció tiempo atrás. No dudó en conquistarla. No estaba enamorado de ella, pero la deseaba. Se convirtieron en amantes. Por aquel entonces, Sean estaba casado con la madre de Olivia, Sarah. Su amante se quedó embarazada. Frederick se desentendió de la criatura. Un hombre, amigo suyo, y su mujer acogieron a la ex amante de Frederick en su casa. Ésta murió al dar a luz a su hijo. Decidieron adoptarlo y criarlo como hijo suyo.
            Sean intentó mantener en secreto la existencia de Frederick. Pero fue su amigo el que le obligó a que conociera a su hijo. 
                Sean pensaba que había cometido un terrible error al liarse con la madre de Frederick. Su matrimonio con Sarah se acabó cuando ella se enteró de la existencia de su hijo ilegítimo. 
                  Olivia supo a una edad muy temprana que tenía un hermano menor. Nunca entendió el porqué Frederick no vivía con ellos. Ni tampoco el porqué no llevaba su apellido.

lunes, 2 de diciembre de 2013

LA ESTRELLA

Hola a todos.
¿Os acordáis de mi blog novela La estrella? La que estoy subiendo a este blog. No creáis que me he olvidado de ella, después de tanto tiempo sin subir ningún fragmento.
Por eso mismo, después de haberla tenido olvidada durante mucho tiempo, subo otro fragmento de ella.
Es pequeñito, pero nos va a permitir ahondar mejor en la personalidad de Frederick y en cómo va a avanzar su relación con Hester.

                         Otro recuerdo acudió a la mente de Frederick.
                         A los pocos días de enterrar a Lorraine, acudió a visitar a Olivia a la casa de sus tíos, donde ésta vivía desde la muerte del padre de ambos. Frederick se sentía incómodo cada vez que pisaba aquella casa, dado que a los tíos de Olivia les molestaba recordar el error de Sean. 
                        Encontró a su hermana subida en la rama más alto de uno de los árboles del jardín de la casa de los Warwood. Sin dudarlo ni un segundo, Frederick trepó hasta la rama donde estaba sentada ella.
-¡Freddie!-exclamó Olivia al verle-¿Qué estás haciendo aquí?
-He venido a verte-contestó el joven-Me siento muy solo en casa. Necesitaba estar cerca de ti, Livie.
-Le diré a tía Bridget que te quedas a cenar con nosotros.
-No, gracias. Lo último que quiero es molestar. No le caigo muy bien a tu tía que digamos. Y lo entiendo. No olvida que soy el hijo ilegítimo de tu padre. El fruto de una infidelidad hacia su hermana...Eran dos mujeres distintas, Livie. Tu madre y tu tía...Pero se querían mucho. No quiero molestarla con mi presencia.
-¡Pero si no eres una molestia! Al contrario, Freddie. Te sientes solo. Y tienes que apoyarte en la gente que más te quiere. En tu familia...
-Tú eres la única familia que me queda.
-Pues con más razón para que te quedes con nosotros a cenar.
-Eres muy amable, Livie. Pero no puedo. Lo siento.
                   Desde donde estaba subido, Frederick vio pasar algo. Como una especie de destello blanco... Casi no le dio tiempo de percatarse si se trataba de un ser humano o del producto de su imaginación. Oyó una voz femenina y joven. Llevaba tanto tiempo encerrado en su dolor que no se había fijado en Hester. La niña que siempre había estado a su lado.
-Lo que no quiero es que caigas enfermo-afirmó Olivia-La tristeza es la peor de las compañías. Estar solo en estos momentos no es bueno para ti. Le he dicho al tío Josiah que deberías quedarte una temporada con nosotros. Está de acuerdo conmigo.
-Dile que se lo agradezco, pero que no puedo-le pidió Frederick-¿Has visto eso? Una cosa blanca que ha pasado por el jardín. ¿La has visto? Como un destello...
-No es un destello, tonto, es Hester.
-¿Ese destello era Hester?
-Sí...
-Todos los días me pregunta por ti. No quieres ver a nadie. Y está enfadada contigo. Porque ha ido a tu casa a verte y no le has abierto la puerta. Mi prima Hester te quiere mucho. Además, va camino de convertirse en una jovencita encantadora. Mi tío tendrá que empezar a espantar moscones antes o después. A mí me pasó lo mismo cuando tenía su edad. Claro que yo sabía defenderme.
-Yo...Lamento mucho cómo me he portado con Hester. Le pediré perdón cuando la vea. Pero...No me sentía con ganas de ver a nadie. Espero que lo entienda.
-Te quiere mucho, Freddie. Lo entenderá.
                      Frederick no podía ocultar lo que era. Era el hijo ilegítimo de Sean, el padre de Olivia. Nació cuando ya estaba casado con la madre de Olivia. Bridget lo soportaba en su casa por respeto a su sobrina. Pero no sabía qué debía de sentir por aquel chico. En cambio, Olivia lo quería muchísimo. Estaba preocupada por él porque sabía que la muerte de Lorraine le había destrozado.