sábado, 31 de mayo de 2014

EL FRUTO PROHIBIDO (DÉCIMA PARTE)

Hola a todos. 
Ya sé que ayer dije que el fragmento que subía a este blog de mi relato El fruto prohibido sería el último que subiera por el momento. 
Pero he podido escribir otro fragmento, el último y definitivo por el momento, de este relato porque sentía el deseo de escribir algo romántico y alocado. 
¿De qué se trata? 
¡Os invito a que lo leáis! 

-Esto es una locura-opinó Lucía-¡Tienes que estar loco!
-Lo que es una locura es que tengamos que estar separados-replicó Ethan-Nos amamos, Luci. Y hemos de estar juntos. 
          Se habían encontrado cuando Lucía había salido a dar su acostumbrado paseo a caballo. No podía alejarse mucho del rancho de su padre. Entonces, Ethan la abordó con aquella propuesta demencial.
-¿Y adónde iríamos?-le preguntó Lucía.
               No podían irse en aquel momento. Lucía no se atrevía a regresar al rancho a coger algo de ropa y su dinero. En el fondo, pensó, estaba obrando igual que una cobarde. Ethan lo sabía. Como también sabía que no podían ir muy lejos.
-Podemos ir a cualquier parte-respondió el joven.
-No llegaríamos muy lejos-se lamentó Lucía.
                   Desmontó a su yegua. Los ojos de la joven se llenaron de lágrimas. Ethan la abrazó, deseando encontrar una solución para su problema. Llenó de besos el rostro de Lucía, intentando consolarla.
                  La joven se maldecía así misma por ser una cobarde. Porque, en el fondo de su corazón, deseaba huir con Ethan. Sin embargo, debía de ser realista. No iban a llegar muy lejos. Su padre no tardaría en enterarse y correría a buscarla. La encontraría y sería todavía peor.
-Deseo dar un paseo contigo montada en tu caballo-le confesó Lucía-A tu lado...No es mucho lo que te pido. ¿Me harías ese favor?
-¡Por supuesto que sí!-contestó Ethan-Te sentiré cerca de mí.
-Perdóname. Soy una cobarde.
                      Ethan rodeó con las manos la cintura de Lucía. Los dos se fundieron en un beso largo y denso. Un beso cargado de amor...
                      Ethan alzó a Lucía en brazos y la subió a la grupa de su caballo. Él se subió detrás de ella. Le rodeó la cintura con los brazos.
-Algún día...-susurró Ethan.
-Algún día, estaremos juntos-le prometió Lucía.
-Sí...
                       El caballo de Ethan iba al trote. Lucía cerró los ojos. Deseaba poder ser valiente. Poder huir lejos con Ethan.


viernes, 30 de mayo de 2014

EL FRUTO PROHIBIDO (NOVENA PARTE)

Hola a todos.
El fragmento de hoy de El fruto prohibido es el último que voy a subir por el momento.
Mi intención es seguir subiendo más fragmentos, pero eso será un poco más adelante, cuando me desocupe un poco porque tengo muchas cosas pendientes.
El fruto prohibido no sólo relata la secreta relación amorosa entre Ethan Beckham y Lucía Parrado. También se centra en la relación que hay entre Freddie Beckham y Abigail Wallace. Al principio, mi intención era juntar a Abby con Freddie, pero no cuajó.
En este relato, vemos cómo era la relación de esta pareja. Lo que pudo ser y no fue.
En este fragmento, el último por el momento, veremos cómo Freddie y Abby se rinden a lo que sienten.
Espero que os guste.

-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó Abby a Freddie-¡Márchate!
                           Era ya de madrugada. La ventana de la habitación de Abby estaba abierta.
                           Pero la joven no podía dormir. Y ver aparecer a Freddie metiéndose en su cuarto por la ventana era demasiado para ella. Se sentó en la cama. Encendió la lámpara de aceite de su mesilla de noche.
-Tenemos que hablar-respondió Freddie, acercándose a ella.
                          Abby no había probado apenas bocado durante la cena. Recordaba lo ocurrido la tarde antes en el salón con Freddie. Jugueteó con su plato de la cena. Ni su padre le preguntó lo que le pasaba. Tracy no había cenado aquella noche. Alegaba tener un fuerte dolor de cabeza. Abby no había sido capaz de mirarla a la cara. Recordaba demasiado vivamente lo ocurrido entre Freddie y ella. Y la sensación de que había traicionado a Tracy la perseguía.
                          Le llevó a su habitación una taza con una infusión de tila. Tracy estaba sentada en su cama. Miró a Abby con expresión seria. La taza de tila tembló en las manos de la joven. Pero logró tendérsela a Tracy fingiendo tranquilidad.
-Te noto rara-observó su hermana menor-¿Te encuentras bien?
-Sólo estoy preocupada por ti-contestó Abby-Quiero que te pongas bien.
-Eres muy buena conmigo, Abby. No sé qué haría yo sin ti.
                           Pero Freddie necesitaba hablar con ella de una vez por todas. Se sentó a su lado en la cama.
-No pienso irme de aquí hasta que no hayamos hablado-decidió.
-¿De qué quieres que hablemos?-inquirió Abby, fingiendo una tranquilidad que estaba lejos de sentir.
-De lo que pasó ayer tarde. No podemos negar que existe algo entre nosotros. Yo no quiero seguir negándolo por más tiempo.
                         Freddie había tomado aquella noche la decisión de intentar ser feliz al lado de Abby. No podía seguir negándose así mismo la realidad por más tiempo. Estaba enamorado de Abigail Wallace. Fingir lo contrario era absurdo.
-¿Y qué va a pasar con Tracy?-le preguntó Abby, casi con rabia-¿Acaso has olvidado que mi hermana está enamorada de ti?
-No creas que lo he olvidado-respondió Freddie-Abby, yo quiero mucho a Tracy. Pero no estoy enamorado de ella. Es como una hermana para mí. La quiero y me duele verla enferma. Pero no puedo hacer nada. Fingir que la amo sería demasiado perjudicial para ella. No le haría ningún bien. Todo lo contrario...La haría sufrir y nunca me lo perdonaría.
-Freddie, te lo ruego. ¡Escúchame! Lo que pasó ayer tiene que quedar en el olvido. Por el bien de Tracy...
                         El joven cogió la mano de Abby. Se la llevó a los labios para besársela con fervor. La joven miró nerviosa hacia la puerta que estaba cerrada. Tanto su padre como Tracy debían de estar dormidos.
-Yo estoy enamorado de ti, Abby-le confesó Freddie-No vale la pena que siga callando por más tiempo.
-Freddie...-susurró Abby conmovida-Yo...
                         Nunca había pensado en Freddie como suyo. Pero, en aquel momento, sí lo sentía suyo.
                          Freddie se inclinó sobre Abby y la besó de manera intensa. Abby le devolvió el beso con la misma intensidad al tiempo que rodeaba el cuello de Freddie con los brazos. El joven cayó sobre la cama. Encima de ella...Y las mentes de ambos se nublaron.
                          No supieron quién desnudó a quién en primer lugar. Abby y Freddie no podían dejar de besarse de manera larga y apasionada. El uno devolvía a la otra los besos que le daba. Tan sólo sintiendo. Dejándose llevar por sus sentimientos. Freddie acarició con las manos el cuerpo de Abby.
                            Es bellísima, pensó con admiración. Las manos de Abby empezaron a acariciar el cuerpo de Freddie.
                            No podía creerse nada de lo que estaba pasando. Los labios de Freddie recorrieron en toda su longitud el cuello de Abby.
                               Llenó de besos el cuello de la joven. Mordisqueó de manera suave el lóbulo de una de sus orejas. Se atrevió a chupar los pezones de Abby. Ella se retorció debajo de él.
-Freddie...-susurró-Yo...
                       Entonces, sintió la invasión del cuerpo del joven. Sintió dolor cuando acabó con su virginidad. Pero intentaba ser suave. Freddie llenó de besos el rostro de Abby, susurrándole palabras tiernas.
                        Se movieron al mismo compás, deseándose con intensidad. Llegando poco a poco a la cima. Sintiendo cómo todo estallaba a su alrededor. Luces de colores inundaban la habitación.
                        Abby permaneció acostada, inmóvil. Contempló con amor la figura dormida de Freddie. Entonces, sintió que podía gritar a los cuatro vientos que Freddie era suyo. Sólo suyo...
-Te amo-le dijo.



                         Sabía que Freddie no la escucharía. Una lágrima rodó por la mejilla de Abby.
                         Se abrazó a Freddie. Podía escuchar los latidos de su corazón. Sentir el calor que despedía su cuerpo. Apoyó la cabeza en el pecho de Freddie.
                          Alzó la cabeza. Llenó de besos suaves el rostro del joven. Lo besó con ternura en los labios.
                          Ya veré lo que hago al día siguiente, pensó Abby. De momento, quiero disfrutar sintiéndolo mío.

miércoles, 28 de mayo de 2014

EL FRUTO PROHIBIDO (OCTAVA PARTE)

Hola a todos.
El fragmento de hoy de El fruto prohibido es algo especial.
Para empezar, cuando empecé a escribir esta saga de novelas, mi idea original era que Freddie y Abby se enamorasen. Sin embargo, no fue así porque otra mujer apareció en mi mente y decidí que era la mejor para Freddie.
En El fruto prohibido, Abby y Freddie sí aparecen enamorados. Y eso puede traer problemas a la larga.
En este fragmento, vemos cómo los sentimientos de Abby y Freddie afloran.
Le dedico este fragmento a una buena amiga de este blog, Judith Álvarez, más conocida como Citu. Hace unos días fue su cumpleaños. Te deseo que hayas pasado un día feliz y alegre y te envío un tirón de orejas y un fuerte abrazo desde La Unión.

                          Ver a Freddie en el salón de La Rabia puso nerviosa a Abby.
-¿Cómo está Tracy?-le preguntó Freddie.
                         Abby le respondió que Tracy estaba durmiendo la siesta. Le había empezado a doler la cabeza al mediodía. Todavía estaba durmiendo.
-Es mejor que no la molestes-le pidió.
                       Abby notó cómo su corazón empezaba a latir muy deprisa. No podía mirar a Freddie a la cara.
-Mi hermana está muy enamorada de ti-atacó Abby.
-No soy ciego-admitió Freddie-Lo he notado.
-Pienso que tú podrías ayudar a Tracy. Cuando está contigo, parece una joven sana y fuerte. ¡Te adora!
-Yo también siento un gran cariño por Tracy.
-Entonces...Podrías ayudarla. Podrías cortejarla.
                     Freddie se dio cuenta de que Abby había empezado a temblar al mismo tiempo que hablaba y, poco a poco, se fue acercando a ella. Abby le hurtó la mirada.
                       Freddie admiraba a Abby por su belleza. Pero también la admiraba por su fortaleza. Por la abnegación con la que cuidaba de Tracy. Muchas veces, se imaginaba así mismo compartiendo su vida con Abby.
                          Se acercó a ella y le cogió la mano.
                          Abby se sobresaltó cuando sintió el contacto de la mano de Freddie. La piel de la joven se estremeció. Freddie lo percibió. Era como tocar una hoguera.
                       Admiró la figura de Abby, que era esbelta. Era alta para ser mujer, como diría Peggy, la modista y chismosa oficial de Streetman. El cabello de color castaño rojizo de Abby estaba recogido en un moño holgado. Algunos mechones de pelo se escapaban y enmarcaban su rostro. Abby poseía la clase de belleza que llamaba la atención de los hombres.
                      Sin embargo, había en ella cierta resignación. Una honda tristeza...Sufría por culpa de la enfermedad que padecía Tracy.
-Yo no quiero hacerle daño a Tracy-se sinceró Freddie-Es como una hermana para mí. Pero no podría cortejarla sin estar enamorado de ella. No estoy enamorado de tu hermana.
                       El corazón de Abby dio un vuelco al escuchar aquella confesión. Llevaba mucho tiempo sintiendo algo muy fuerte por Freddie. Amor, pensó. Es amor.
                       Pero Abby se dedicaba a controlar aquel sentimiento que, lejos de desaparecer, iba creciendo con más fuerza a medida que iban pasando los días. Recordaba su adolescencia, antes de que Tracy enfermase. Entonces, Abby era una chica feliz. Se apoyaba en su hermana menor.
                       Le gustaba meterse en líos, al igual que Olivia. Disparaba tan bien como ella. Montaba a caballo a horcajadas, igual que ella. Nunca entendió el porqué no llegaron a trabar una amistad tan estrecha. En el fondo, la una miraba a la otra con desconfianza porque se veían iguales. Demasiado parecidas...
                       Abby estaba cansada de luchar contra un sentimiento que no podía dominar y Freddie estaba sintiendo en aquellos momentos lo mismo que ella. Lo supo.
                      Freddie no podía mirar a los ojos a Abby sin verse reflejado en aquellos hermosos de color azul oscuro y sentir que era a ella a quien llevaba esperando toda la vida.
                       Poco a poco, fue atrayendo a Abby hacia sí y, cuando la joven quiso reaccionar, era demasiado tarde. Los labios de Freddie se habían posado sobre sus labios. La estaba besando con dulzura, pero, al mismo tiempo, la estaba besando con pasión. Abby se sorprendió así misma rodeando el cuello de Freddie con los brazos, correspondiendo a aquel beso con idéntica intensidad.
                        Escucharon un ruido procedente de la habitación de Tracy.
                        Sintiendo asco de sí misma, Abby se separó de Freddie. Salió corriendo del salón sin decir nada. No ha de volver a pasar, pensó la joven con horror y con felicidad. Todo se mezclaba en ella. El amor...La renuncia...

martes, 27 de mayo de 2014

FRAGMENTO DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros un fragmento de mi novela Mía Stella. 
Mía Stella está narrada en primera persona por Estelle.
Me gustaría hacer una entrada en el blog dentro de algunos días para anunciaros los cambios que estoy introduciendo y más novedades.
Sin embargo, de momento, me voy a centrar en este fragmento y en la octava parte de El fruto prohibido. 

ESCENA ELIMINADA.
POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.

                    


lunes, 19 de mayo de 2014

EL FRUTO PROHIBIDO (SÉPTIMA PARTE)

Hola a todos.
He podido escribir un nuevo trocito de mi relato El fruto prohibido. 
En esta ocasión, Lucía acude a La Rabia, el rancho de la familia Wallace, a visitar a Tracy.

AVISO: De momento, las hermanas Wallace seguirán llamándose Abby y Tracy, aunque podrían cruzárseme los cables y cambiarles el nombre. No lo sé.
Lo decidiré sobre la marcha.

Es un fragmento más bien corto. Lo siento. Pero creo que es interesante.

                      En la siguiente visita que hizo Lucía a La Rabia, encontró a Tracy de mejor humor.
                      La joven la invitó a merendar en el salón. Dieron cuenta cada una de una taza de chocolate caliente.
-¡Qué bien te veo, Tracy!-la alabó Lucía-Me alegro de que te encuentres mejor.
-Padre está pensando en buscarme un marido-le comentó la aludida-Dice que eso me ayudaría a estar mejor. ¡Está de acuerdo con Abby!
-Me alegro mucho.
                      Tracy estaba convencida de que su padre se había fijado en Freddie. Lo amaba tanto que el amor que sentía por aquel joven se notaba en su mirada. Lucía le deseó a Tracy toda la suerte del mundo.
                     La iba a necesitar.
                     A lo mejor, tanto Abby como el señor Wallace tienen razón, pensó Lucía. A lo mejor, lo que Tracy necesitaba para curarse era casarse y tener hijos. Pero Tracy sólo quería casarse por amor.
                      Lo mismo que quería Lucía.
-¿Te ha buscado ya tu padre un marido?-inquirió la joven.
-Yo le pienso decir que me quiero casar con Freddie-contestó Tracy, ilusionada-Padre tiene que hacerme caso. ¡Freddie es el amor de mi vida!
-¿Y crees que Freddie está enamorado de ti?
-¡Por supuesto que está enamorado de mí! Yo se lo noto en la mirada. Me ama tanto como yo le amo a él.
                     Lucía calló el rumor que había escuchado a Peggy cuando fue a encomendar un volante para uno de sus vestidos.
                   

viernes, 16 de mayo de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
Me hallo de vuelta a este blog con la publicación de un nuevo fragmento de mi relato El Patrón, donde se hace mucho hincapié en el pasado familiar de sir Kyle Saint Leger.
En este fragmento, además, veremos cómo continúan los recuerdos familiares de sir Kyle y ahondaremos en la relación amorosa que mantiene su hermana Kate con Charles Burton-Jones.

                             Sir Kyle se sentó a revisar unos documentos. El escritorio de su despacho siempre estaba abarrotado de papeles. Nadie le avisó de que mantener un rancho podía ser tan costoso, pero él rara vez había hecho caso al valor del dinero.
                              Había cometido demasiados pecados en el pasado. De pronto, lo asaltó el recuerdo de la visita que hizo junto con toda su familia a la casa de los Burton-Jones. Malcolm acudió a pedir de manera formal la mano de Holly. En aquel momento, sir Kyle pudo observar más de cerca al hermano menor de la joven, Charles.
                             Por diferencia de edad, Kyle y Malcolm no se habían relacionado mucho con Charles. Además, el carácter del joven distaba mucho del carácter de los hermanos Saint Leger. Era muy protector con Holly. Estaban muy unidos. Al saber que Malcolm había acudido a pedir la mano de Holly, le dio un abrazo a su hermana.
-En el fondo, es un buen hombre-le aseguró ella.
                            Charles le dio un beso en la frente.
                            Malcolm no le prestó mucha atención al joven. Toda su atención estaba fija en Holly y en el futuro que les esperaba a ambos una vez casados. Sin embargo, Kyle sí se fijó en Charles y lo que vio no le gustó mucho.
-Es demasiado joven-le comentó en susurros a Malcom-No me gusta. No me gusta que esté tan cerca de Kate.
                        Malcolm miró a Charles. Estaba de pie junto a la repisa. En cambio, Kate permanecía sentada en una silla, al lado de su madre. Los dos se estaban ignorando. No percibía atracción alguna entre ellos.
                        Kyle había pasado mucho tiempo fuera de casa. No había albergado deseo alguno de volver. Pero Kate había crecido. Debía de celebrarse su puesta de largo. Por suerte, su hermana había decidido no viajar a Londres. Se fijó mucho en Charles. Aquel joven poseía un carácter tranquilo. ¿Por qué sentía tanto miedo? Kyle no lo entendía.
                        Por supuesto, sabía que Charles era todo un caballero y que respetaba a las mujeres por encima de todo.
-Holly...-atacó Malcolm-Sé que las circunstancias no han sido las mejores. Pero es mi deseo más sincero convertirte en mi esposa. Deseo casarme contigo. Dime si tú querrías casarte conmigo.
-Por supuesto que quiero casarme contigo-le aseguró Holly.
                      Tanto Kate como Charles trataban de disimular sus sentimientos.
                      Las facciones de Charles eran agradables, pero también eran atractivas. Su cuerpo era esbelto y atlético. Le gustaba mucho montar a caballo. Una afición que compartía con Kate. Al saludarla, había depositado un beso suave en su mano.
-La boda se celebrará lo más pronto posible-anunció el señor Burton-Jones.
                    Kate trató de centrarse en la conversación que estaba teniendo lugar, pero no podía evitar pensar que Charles estaba más apuesto que nunca.
-¡Vamos a ser hermanas, Holly!-trinó Kate, dirigiéndose a su futura cuñada-¿No estás contenta?
                    Kyle se estaba empezando a aburrir. Echaba de menos Londres y a todas aquellas mujeres que estaban dispuestas a todo con tal de pasar por su cama. Pero tenía demasiadas amantes en su haber y demasiados escándalos en sus espaldas.
                     Todavía era un hombre joven. Sin embargo, había pasado dos años viajando por Europa al acabar sus estudios en Eton. Viajó por Francia y por Italia. En aquellos dos países, protagonizó sonados escándalos y tuvo que abandonarlos en mitad de la noche casi a escondidas.
                      Kyle tenía su propio palco en el teatro. Las mejores mesas de los mejores restaurantes estaban siempre disponibles para él. Era socio del Pall Mall, uno de los clubs más selectos de Londres. Y asistía a las fiestas que se celebraban en Almacks.
-¡Por supuesto que estoy contenta!-afirmó Holly, con alegría.
                       Finalmente, los Saint Leger tuvieron que irse. Kate se acercó a Holly y le dio un beso en la mejilla.
-Tengo que enseñarle a Kate mi ajuar de bodas-anunció Holly.
                      Las dos salieron del salón. Pero nadie se dio cuenta de que Charles iba tras ella. Subieron a la habitación de Holly. En aquel momento, la joven le dijo a Kate que iba un momento a su habitación.
-He de buscar el pañuelo que terminé de bordar anoche-le dijo-Quédate con Charles.
-Pero...-balbuceó Kate, atónita.
-Confía en mí.
                         Kate se dio cuenta de que Charles estaba con ella en el pasillo.
                         Holly se metio en su habitación y cerró la puerta.
                         Entonces, Kate comprendió que Holly estaba al tanto de su romance secreto con Charles. Y que iba a ayudarles en la medida de lo posible.
-Mi hermana lo sabe-le contó Charles a Kate-Y se alegra por nosotros.
                        Kate llenó de besos el rostro de Charles.
                        Sabían que disponían de poco tiempo para estar juntos.
                        Sin embargo, iban a aprovechar aquel tiempo.
                        El amor había llegado por primera vez a la vida de Kate. Sentía cómo en su interior bullía la rebeldía contra una vida encerrada entre las paredes de la casa solariega de su familia.
                         Charles había llegado a su vida como una ráfaga de aire fresco. No pensaba dejarle escapar nunca.
                          Antes de despedirse, Charles y Kate se fundieron en un beso largo y denso. Acabaron abrazados estrechamente.
-No puedo hacer esperar a mis padres y a mis hermanos por más tiempo-se lamentó Kate-No tardarán mucho en empezar a llamarme. Y podrían subir arriba.
-Le diré a Holly que te tienes que ir-se lamentó también Charles-Aunque se me parta el corazón por ello.
-Pero no pasará mucho tiempo hasta que nos veamos de nuevo.
                       Charles depositó un beso en la punta de la nariz de Kate. Cogió sus manos y se las llevó a los labios. Ella le sonreía con dulzura. Moriría sólo por ver aquella adorable sonrisa dibujada en su rostro.

jueves, 8 de mayo de 2014

FRAGMENTO DE "HISTORIA DE DOS HERMANAS"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros este fragmento de mi novela Historia de dos hermanas. 
En este fragmento, sir Alistair Farrell habla con su mujer y con sus hijas de la llegada de Seosam. No sospecha que su hija mayor, Brighid, acaba de conocer a tan ilustre joven.

                           A la hora de la comida, en la casa de los Farrell, se sirvió estofado irlandés para comer.
-¿Habéis escuchado la noticia?-le preguntó sir Alistair tanto a su mujer como a sus dos hijas-Lleva mucho tiempo oyéndose por todo Achill, pero esta vez va en serio.
-¿De qué se trata, padre?-se interesó Sarah.
-Lady Stella estará contenta-contestó sir Alistair-Su hijo Seosam ha vuelto a casa. Y trae consigo a su nieto.
                      Al escuchar aquellas palabras, Brighid estuvo a punto de atragantarse con la carne de cordero que estaba masticando en aquel momento.
                       ¡Y yo conozco en persona a ese joven!, pensó. Recordaba que había estado a punto de atropellarla con el carruaje en el que se desplazaba. Pero también recordaba cómo se había portado de un modo tan caballeroso con ella. Incluso, la había acompañado a su casa en el carruaje.
-Te has puesto roja-observó Sarah-¿Tienes algo que contarnos?
-Entiende que casi me ahogo con la comida-contestó Brighid, mintiendo.
-¿Seguro?
                         Sarah arqueó una ceja.
                        Brighid trató de no volver a ruborizarse.
                         A pesar de que Sarah era dos años menor que ella, en ocasiones, podía ser mucho más inteligente que cualquier persona de más edad a la que Brighid conociera.
-Deberíamos de hacerle una visita a lady Stella-propuso Lilly.
-Madre, ya estás pensando en casarnos a Brighid o mí con lord Seosam-se rió Sarah.
-Tú podrías casarte con él-sugirió Brighid-Es la clase de hombre que te conviene. Es apuesto y caballeroso.
-¿Y tú cómo sabes eso?-inquirió Lilly.
-Es lo que he oído contar.
                          Brighid se sentía culpable por mentirle a su madre. No se atrevía a contarle a nadie que había conocido en persona a lord Seosam.
                         ¡Seguro que su hermana empezaba a reírse de ella! Lo peor de todo era que Brighid había fantaseado con él.
                           A lo mejor, aquel apuesto joven se fijaba en ella. A lo mejor, podía vivir un romance como los que vivían los protagonistas de las novelas que solía leer Sarah.
                            Pero debía de regresar al mundo real. Seosam nunca se fijaría en una joven como ella. Además, podía ser el hombre adecuado para la apasionada Sarah. Con lord Seosam como marido, Sarah podría hacer realidad su sueño de viajar.
-Viven también en Slievmore-recordó Lilly-Son nuestros vecinos.
-Cuando vivan enfrente de nosotros, serán nuestros vecinos, madre-afirmó Sarah-Además, no creo que lord Seosam vaya a casarse de nuevo. Todavía le lleva luto a su mujer. Y falleció hace un año.
-Lord Seosam es todo un caballero-opinó sir Alistair.
                            Brighid guardó silencio. Recordó que había hablado muy poco con aquel joven en el interior del carruaje. Parecía estar más interesado en saber cosas de ella que en hablar de sí mismo. Entonces, Brighid se había sentido halagada.
-¿Te ha contado algo Alexandra acerca de lord Seosam?-le preguntó Brighid a Sarah.
-Alex parece saberlo todo de todos-respondió su hermana menor-Me ha contado que la difunta esposa de lord Seosam se crió con un matrimonio inglés. Ella era su institutriz o algo así. Se casó con él, que ostenta un título, no recuerdo de qué. Por lo visto, él era viudo. Acogió en su casa a la esposa de Seosam cuando era niña. Fue una idea de su difunta esposa. O un capricho suyo...Siempre he pensado que los ingleses son raros en algunos aspectos. Acogen en sus casas a niños. Pero, luego, están en una especie de limbo en el que no se sabe si son sus hijos o si son sirvientes o si no son nada.
-Son sus protegidos y deben de tratarlos como si fueran sus hijos-comentó sir Alistair-Aunque no lleven su sangre. En ocasiones, pueden llegar a adoptarlos.
-Ellos regresaron a Calcuta. Intentaron tener hijos propios, pero no pudieron.
-¿Cómo se llamaba la difunta esposa de lord Seosam?-inquirió Lilly-Oí decir que tenía un nombre raro.
-Alex me contó que se llamaba Selene Emmaline. O quizás Emmaline Selene...No me acuerdo bien. Son dos nombres juntos y parecen bonitos por separado. Alex ha oído decir que era una mujer bellísima. Le habían dado una educación europea. La segunda esposa de su padre adoptivo era católica. Ha sido educada en nuestra fe.
                           Brighid pensó que lord Seosam no estaría interesado en ninguna mujer. El joven quería volcarse en el cuidado de su hijo, el pequeño Víctor. Le enseñaría a venerar el recuerdo de su difunta madre. Pero no pensaba en volver a casarse.



-Es un buen partido para ti, Sarah-opinó sir Alistair-Tu madre te conoce. Le has caído en gracia. Deberías dejar que te corteje.
-¿Te has vuelto loco, padre?-se rió Sarah-No le conozco.
                    Brighid guardó silencio.
                    Era evidente que tanto Lilly como sir Alistair habían tirado la toalla con Brighid. Su principal preocupación en aquellos momentos era casar bien a Sarah. De sus dos hijas, era la más hermosa. Sin embargo, Sarah no tenía interés alguno en casarse. Tenía la cabeza llena de pájaros, como solía decir Cassandra.
                    Y Brighid sabía que nunca se casaría. Había decidido que era mejor resignarse a su suerte. No quejarse de nada.

miércoles, 7 de mayo de 2014

ANUNCIOS

Hola a todos.
Hoy, me gustaría haceros unos cuantos comentarios acerca del desarrollo de la historia.
A varios de los personajes les he cambiado el nombre, si bien no se lo he cambiado a los principales, los cuales conservan los nombres (Dillon, Sean, Olivia, Kimberly, Brighid, Seosam, Sarah, Estelle, Freddie, etc...).
Otros, en cambio, han ido cambiando de nombre.
Yo quería que el primer amor de Tyler se llamara Daphne, pero también me gustaba el nombre de Brianna. Finalmente, decidí que su nombre sería Brianna Daphne.
La esposa de Dillon iba a llamarse Samantha, pero, finalmente, me decanté por el nombre de Cordelia. No conozco a muchas heroínas de novela romántica que se llamen Cordelia, pero sí a varias que se llaman Samantha.
Aún así, tengo varios trozos en los que la esposa de Dillon aparece como Samantha y su pasado y vida familiar eran muy diferentes a los de Cordelia.
Con respecto a la joven que será el gran amor de Dillon y la chica que jugará un papel definitivo a la hora de separarles no sé qué relación tendrán, si serán primas o serán hermanas. Ni sé que nombre tendrán.
He escrito un primer borrador en el que son primas y la amada de Dillon se llama Niobe y la otra chica se llama Jemima. También aparece Samantha.
Lo he descartado, pero no lo he tirado a la basura.
Seguiré viendo nombres y parentescos.
También he pensado en cambiarle el nombre a Ruby, el primer amor de Freddie.
Ya se irá viendo.
De momento, quiero seguir tomándolo todo con calma. Es mejor así para que las cosas fluyan.

martes, 6 de mayo de 2014

ARGUMENTO DE "ME OLVIDÉ DE OLVIDARTE"

Hola a todos.
Llevaba algún tiempo dándole vueltas a esta idea, pero me he decidido.
Dillon y Tyler tendrán su propia historia.
Todavía quedan muchos detalles que cuadrar, pero, de momento, el eje central de su historia está construido, aunque sea sólo como borrador en una libreta.
Me olvidé de olvidarte es el título de su historia.
Tiene como protagonistas a partes iguales a los hermanos Dillon y Tyler O' Hara.
El argumento es el siguiente:
Dillon y Tyler O' Hara han dejado atrás su vida en San Ezequiel, el pequeño pueblo texano en el que ambos han nacido y han crecido. A pesar de ser jóvenes, el amor les ha mostrado su mejor y su peor cara. En el caso de Dillon, debe de abandonar San Ezequiel por las amenazas de muerte a su familia debido a la relación amorosa que mantiene con una joven del pueblo. El caso de Tyler, el menor de los dos hermanos, es todavía más trágico. Huyendo con Brianna, su novia embarazada, de la que querían alejarle, sufrieron un accidente en el que murió Brianna junto con el niño que esperaba. Tyler, a pesar de no estar recuperado del todo de sus heridas, decidió abandonar el pueblo.
Ambos hermanos han llegado a Londres y, por separado, cada uno lucha por salir adelante, a pesar de que se sienten rechazados por ser extranjeros. Dillon desea rehacer su vida. Durante una fiesta conoce a lady Cordelia, la hijastra del duque de Cleveland, una joven seria y recatada. Cordelia se enamora de Dillon y éste, aunque siente un gran cariño por ella, no la ama. Aún así, decide casarse con ella, en un esfuerzo por olvidar su pasado. Pero ese pasado no deja de atormentarle y Dillon ve cómo su matrimonio con Cordelia naufraga.
Tyler, por su parte, conoce a Jane. Ella es una joven de buena familia a la que sus padres han separado del hombre al que ama. Llena de rabia, Jane decide casarse con Tyler porque sabe que su boda hará mucho daño a sus padres, ya que le rechazan. Los dos se escapan y se casan. Tyler es incapaz de superar la muerte de su amada Brianna y Jane no olvida al hombre que verdaderamente ama, pero al que no puede ver. Su matrimonio también va a la deriva.
Los amores pasados, en el fondo, siguen muy vivos en el presente.

 Jane.

 Tyler.

 Dillon.

 Cordelia.

A la pregunta de qué canción sería la banda sonora de esta novela, yo contestaría sin pestañear que Can't remember to forget you, de Shakira y Rihanna.



domingo, 4 de mayo de 2014

EL FRUTO PROHIBIDO (SEXTA PARTE)

Hola a todos.
Hoy, os traigo la sexta parte de mi relato El fruto prohibido. 
En esta parte, Lucía irá a visitar a Abby Wallace para hablarle de su relación con Ethan. Abby le advertirá que su hermana menor, Tracy, está perdidamente enamorada de Freddie y que eso puede ser terrible.

                       El mayordomo de los Wallace hizo pasar a Lucía al salón, donde se encontraba Abby.
-¡Mi querida Lucía!-exclamó Abby al verla entrar en el salón.
-Tenemos que hablar de muchas cosas-dijo Lucía-No sé por dónde empezar.
-Hablemos bajo. Tracy se ha retirado a dormir un rato la siesta.
-¿Ha sufrido otro brote?
-No...
                       Abby tomó asiento en el sofá y Lucía se sentó a su lado.
                       Notó cómo las manos de su amiga temblaban con cierta violencia y Lucía supo que Abby le estaba mintiendo.
-Quería ir a buscar a Freddie y padre se lo ha prohibido-se sinceró la joven.
                         Lucía lo entendió todo de pronto. Abby contempló uno de los cuadros que estaban colgados en la pared del salón. Aparecía una mujer de gesto serio y cansado. Era su madre. El cuadro fue pintado meses antes de su muerte. Abby era pequeña, pero aún se acordaba de ella. Siempre pensó que su infeliz matrimonio con el padre de sus hijos había acabado con ella.
-Pienso que padre se equivoca-afirmó Abby de manera tajante-Freddie puede ser quien cure a Tracy. Yo la noto más tranquila cuando está con él.
-Tu hermana se ha enamorado de un Beckham-observó Lucía-A mí me ha pasado lo mismo.
                      Abby se recostó en el sofá. La chimenea del salón estaba encendida y se oía el crepitar de las llamas. A pesar de que hacía calor en el salón, Abby tenía frío.
-¿Cómo están las cosas entre Ethan y tú?-le preguntó a Lucía.
-Desearía mucho poder quedarme embarazada-respondió la joven.
-¡Pero, si no estáis casados!
-Si me quedo embarazada, mi padre aceptará que nos casemos. Es cierto que no siente ninguna simpatía por Ethan porque es gringo, pobre e ilegítimo. Pero no querría tener un nieto bastardo. Aunque el padre sea un gringo pobre y bastardo.
-Es una forma de verlo. De todos modos, pienso que tanto Ethan como tú os habéis vuelto locos.
-Estamos enamorados, Abby.
-Me temo que no sé lo que significa estar enamorada, amiga. Padre no se preocupa en nada de Tracy. Me toca a mí velar por ella.
                         Lucía le contó que lo estaba pasando mal. Había pasado muchas noches en vela. Lloraba cada vez que discutía con su padre porque éste ya sabía lo que pasaba entre Ethan y ella.
-¡Me amenaza con enviarle lejos!-se quejó amargamente Lucía-Tiene familia viviendo en Tijuana. Dice que me enviará allí. Y que yo...¡No veré nunca más a Ethan!
                        Al pensar en la posibilidad de verse separada de Ethan, Lucía creía que se iba a volver loca.
-Aunque tú te quedes embarazada, tu padre nunca aceptará que te cases con Ethan-le quería hacer ver Abby-Puede que esté pecando de pesimista. Pero piénsalo un poco. Sospecho que tu padre sigue pensando que eres virgen y, aún así, desea enviarte a Tijuana. Por si acaso estás pensando en entregarte a Ethan.
-Es ya muy tarde-le recordó Lucía.
-Las dos lo sabemos. Tu padre es como el mío. Dos brutos insensibles...
-Lo terrible de todo es que no podemos hacer gran cosa para que cambien excepto enfrentarnos a ellos, aunque esté mal.



                        Al cabo de un rato, Lucía dijo que tenía que regresar a su rancho.
-Mi padre debe de pensar que estoy con Ethan y no tengo ganas de discutir con él-le contó a Abby-Dile a Tracy que deseo verla. Quizás, yo pueda ayudarla a ver a Freddie.
                       Tanto Abby como Lucía se pusieron de pie. Abby quería pensar que Freddie podía ser la cura que Tracy necesitaba. Era un joven dulce y paciente. Podía calmar los demonios que atormentaban a su hermana. Él podía curarla.
                     Lucía besó a Abby en las mejillas a modo de despedida.
-Así lo haré-dijo Abby.
-Y cuídate tú también-le pidió Lucía-También tienes que cuidarte, amiga. Por tu bien...

sábado, 3 de mayo de 2014

NICOLE RATFORD

Hola a todos.
Hoy, me gustaría presentaros a otro personaje más. En este caso, pertenece a Mía Stella. 
Se llama Nicole Ratford y es prima de una de las amigas de Estelle.
Nicole es una joven seria y formal. Una verdadera joven victoriana...Tiene veintidós años y, aunque intenta ir por el camino correcto, ha nacido marcada por el escándalo.
Su madre, Lily, la tuvo siendo soltera, fruto de una aventura. Cuando Nicole tenía cuatro años, Lily logró enamorar a lord Ratfor, el cual no dudó en darle su apellido a Nicole, si bien nunca la quiso.
Su madre era una mujer con un carácter indomable a la que no le importaba lo que los demás pensaran de ella. Su último escándalo fue escaparse con un hombre casado, de pasado más que dudoso y padre de cinco hijos al que conocía desde hacía mucho tiempo. Su padrastro enloqueció y fue a la casa del amante, en donde mató a la esposa y a los cinco hijos de éste y dejó malherido al prometido de una de las hijas, hijo, a su vez, del médico personal de la Reina. Fue éste el motivo por el cual lord Ratford acabó en la cárcel, condenado a muerte. Su esposa, al enterarse, enloqueció y acabó en un manicomio y el amante de ésta se suicidó.
Nicole llega a La India, invitada por sus tíos, en un intento de escapar de la tragedia, del horror y del escándalo. Su padrastro acaba de fallecer en la horca, después de desheredarla. Nicole se deja llevar por su prima, quien la lleva a todas partes, en un intento de que olvide.
Nicole trata de portarse como se espera de una joven de su posición social. Intenta ir por el buen camino porque no quiere imitar el escandaloso comportamiento de su madre. La amistad de su prima con Estelle hace que Nicole la conozca y trabe amistad con ella y con Olivia. Pero también hace que conozca al hermano de Estelle, Víctor.
Nicole se enamora de Víctor y espera que él se fije en ella algún día.
Cuando ve que eso no pasa porque el corazón de Víctor tiene dueña, aunque no sea correspondido, Nicole tomará medidas al respecto.
¿De quién está enamorado Víctor?
¿Qué es lo que hará Nicole para conseguir el corazón del hombre al que ama?
¡Tendréis que leerlo para saber lo que pasa!
De momento, os dejo con esta foto.
Es así como me imagino yo a Nicole Ratford.

 

Es Mía Wasikowska, la actriz que interpretó a la inolvidable Jane Eyre en la última adaptación que se hizo de este gran clásico.
Su manera de vestir, su peinado sobrio y la seriedad que refleja su mirada encajan con la manera de pensar y de sentir y con el estilo de Nicole Raftord.
¿Vosotros qué pensáis?