martes, 29 de diciembre de 2015

GILLIAN Y JOSHUA

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros un fragmento de la historia de uno de mis personajes más sufridos.
Se trata de Gillian.
Hija de una prostituta, amante de un ratero, costurera, viuda. Gillian es una verdadera superviviente. Fuerte, aunque lo desconozca. Sin perder nunca su dulzura y su bondad.
En esta escena, aparece con el que será su primer amor, Joshua.

                            De buena gana, Gillian se habría casado con Joshua. En su inexperiencia, creía que iban a estar siempre juntos.
                            Se equivocó.
                           Joshua no quería casarse. Sin embargo, le expuso a Gillian la idea de irse a vivir juntos. Había estado en el Soho. Gillian no quería saber lo que había estado haciendo allí. Joshua le habló de una habitación que alquilaba una mujer cerca de un pequeño teatro. En su opinión, el precio del alquiler de la habitación era bueno. Costaba 50 libras al mes. Joshua había entrado a trabajar como aprendiz en una zapatería.
                          Gillian ganaba una cantidad de dinero similar por su trabajo en la tienda. Podían irse a vivir juntos si así lo quería.
                          Después de todo, muchas parejas que vivían en el East End no se casaban. Vivían juntos sin casarse. Joshua le expuso a Gillian sus planes cuando fue a recogerla a la salid del trabajo. Ella pensó en un primer momento que le estaba gastando una broma.
-Mi madre quiere verme casada-le recordó a Joshua.
-Tu madre y la mía son dos vulgares putas-afirmó el joven-Les basta con saber que vivimos juntos. No quieren una gran boda. Quieren que les demos muchos nietos. Pa tener críos, no hace falta casarse.
-Ya...
-¿Qué me dices, Jilly?
                         Gillian no contestó.
                         Cuando Annie se enteró de que Joshua y Gillian iban a irse a vivir juntos sin casarse, estuvo a punto de sufrir un infarto. Cierto era que muchas parejas lo hacían en la zona del East End.
                         Annie había crecido en la calle. La habían abandonado nada más nacer. Era la hija de alguien. Nunca supo quién la trajo al mundo. Y tampoco supo quién la engendró.
                        Cuando empezó a menstruar, Annie empezó a usar su cuerpo para ganarse la vida.
                        Gillian era distinta. Gillian era toda la familia que tenía. Su hija debía de portarse como una mujer decente. No podía rejuntarse con Joshua. ¡Eso no lo hacía una mujer decente! Trató de hacérselo ver.
                         Gillian estaba ciega de amor. No atendió a los ruegos de su madre. En realidad, Gillian creía que Annie estaba aterrada porque ella abandonaba el hogar.
                         Menos de un mes después, Gillian y Joshua estaban viviendo juntos. Annie creyó que el disgusto la mataría. Su hija, en cambio, tenía la sensación de que Joshua tenía razón. Vivían juntos. A todas luces, era como si se hubieran casado.
-Te lo dije-apostilló Joshua una noche, durante la sobremesa.
-Tenías razón-sonrió Gillian.
-Me gusta cuando lo dices.
                           El siguiente paso era tener hijos. Gillian fantaseaba con la idea de tener una familia numerosa.
                           Sin embargo, Joshua no compartía aquel anhelo con ella. Los orígenes de Sally, la madre del joven, eran idénticos a los orígenes de Annie.
                         Joshua no quería tener hijos. No había sido capaz de sincerarse con Gillian en aquel aspecto. La joven se moría de ganas de ser madre. Cada vez que entraba en la tienda una mujer llevando un cochecito de bebé, imaginaba cómo sería tener un hijo. Poder pasearlo en un cochecito.
                        Compartía aquellos sueños con su compañera de trabajo, con Betsy. La mujer sabía lo que era ser madre.
                        Gillian comenzó a recogerse en un moño su cabello de color rubio ceniza.
                        Era una joven realmente hermosa. Pero Betsy intuía que aquella belleza acabaría marchitándose. Le había pasado a ella.
-Me recuerdas mucho a mí cuando tenía tu edad-le comentó en una ocasión.
                      Gillian estaba cosiendo los botones de madreperla de un corpiño.
-¿Por qué lo dices?-se sorprendió.
-Yo también tenía muchos sueños-contestó Betsy con tristeza.
-En mi caso, mis sueños se están haciendo realidad.



-¿Tú quieres a ese joven?
-Es el amor de mi vida, Betsy.
-Nunca se sabe cuándo va a aparecer el amor de la vida de alguien. En realidad...Puede que eso del amor de la vida no exista. Así me ha pasao.
-¡Porque tú no tienes un Joshua a tu lado!

domingo, 13 de diciembre de 2015

FRAGMENTO DE "MÍA STELLA"

Hola a todos.
Dado que hace bastante tiempo que no hago ninguna entrada en este blog, me gustaría compartir con vosotros este fragmento.
Es bastante largo.
Pertenece a mi novela Mía Stella. 
Tiene como protagonista a la mejor amiga de Erin, Lydia Saint Raven, y a Freddie.
Veamos qué les une.

                                Se les ve con mucha frecuencia.
                                Salen a pasear. La gente comenta que hacen una buena pareja.
                                Van cogidos de la mano. O el brazo de Freddie rodea la cintura de Lydia. Ella, en ocasiones, apoya su cabeza en el hombro de él.
                                Lydia no se puede creer lo que está viviendo. Le resulta imposible de creérselo. Todavía no se cree que esté casada con Freddie. Pero lleva un anillo de oro en el dedo anular de su mano izquierda. Eso significa una cosa. No lo ha soñado.
                                Hace apenas unos días que empezó su luna de miel. A Lydia le parece raro dar un paseo en un palanquín.
                                El lugar donde han decidido pasar la luna de miel es la ciudad de Lumding.
-¿Eres feliz?-le pregunta Freddie mientras pasean en el palanquín.
-Aún me creo que pueda ser tan feliz-responde Lydia, emocionada-Tengo miedo de despertarme. De ver que todo ha sido un sueño.
                               Va a ser una luna de miel larga. Freddie quiere conocer La India.
                               Lydia está muy contenta. Sólo ha salido una vez de Kamalabari. Prefiere no recordar su estancia en Calcuta. No sabe si el viaje incluirá una visita a la ciudad.
                               Le gustaría ver de nuevo a la madre de Isabella. Saber cómo está.
                               Mira con amor a Freddie. Estarán unos días en Lumding. Lydia sabe que Freddie no disfrutó de una luna de miel con Madison. Pero las cosas han cambiado. Ahora, está casado conmigo, piensa.
                                No siempre pueden salir a la calle. La estación del monzón aún no ha empezado. Sin embargo, cae una fuerte tormenta durante tres días. Pasan esos tres días encerrados en casa. Lydia aprovecha la ocasión.
                              Le escribe cartas a su familia. Sabe que sus hermanos la echan de menos. Tanto Nicholas como Ashley se han hecho mayores. Están en edad de enamorarse. Cree que Nicholas siente algo por Jasmine Dashwood. Eso sería una excelente noticia. Lydia escucha cómo la lluvia golpea los cristales del ventanal del salón.
                             Su mejor amiga se convertiría en su cuñada.
-¿Qué piensas de que Jasmine se case con Nick?-le pregunta a Freddie.
                              Él está sentado en el sofá leyendo el periódico.
-Debería ir pensando en hacerles un regalo de boda-responde.
                             Lydia se echa a reír. Freddie ha vivido toda su vida en Texas. Pero va camino de convertirse en un inglés.
-Te pareces cada día más a mi padre-afirma su esposa.
-¡Dios me libre de parecerme a él!-sonríe Freddie.
                           La casa que han arrendado se encuentra en la colonia inglesa de la ciudad. Lydia y Freddie intentan pasar unos instantes de tranquilidad. Pero no lo consiguen siempre.
-¿Otra fiesta?-se sorprende Freddie.
                           Todos los días reciben invitaciones. Invitaciones para asistir a un desayuno. Esto último sorprende a Freddie. La gente no invita a nadie a desayunar. Al menos, eso no era lo que ocurría en su pueblo.
                           Lydia y él están en el jardín que rodean la casa. La joven revisa las invitaciones.
-¿No podemos desayunar solos?-se asombra Freddie.
-Desayunamos siempre solos-le contesta Lydia con dulzura.
                         Invitaciones para asistir a un concierto casero. Invitaciones para asistir a una fiesta. Invitaciones para ir a tomar el té. Invitaciones para acudir a una tertulia. Esto es familiar para Lydia.
-Lo he vivido antes-le explica-Cuando estuve en Calcuta.
-Esta gente no se aburre-afirma Freddie-Siempre están pensando en hacer algo.
-Hay invitaciones que nos hacen por separado. Escucha.
                         Invitaciones dirigidas a Lydia para que vaya a jugar al whist. Invitaciones dirigidas a Freddie para que vaya a jugar al cricket. Lydia selecciona esas invitaciones. Acepta unas. Rechaza otras.
                          Esas personas son ricas e influyentes. Pueden hacer negocios con mister Saint Raven. Freddie se siente agobiado en esas reuniones.
-Todo el mundo me mira-suele decirle a Lydia cuando entran en una casa.
                          Freddie habla muy poco durante esas reuniones. Los caballeros le llevan a un aparte. Pronto, fuma su primer puro y siente asco. Prefiere el tabaco que suele usar para fumar. Esos caballeros beben demasiado, en opinión del muchacho.
                         Las mujeres rodean a Lydia. La joven finge escucharlas. Pero son conversaciones insustanciales las que mantienen.

  

                          Los días pasan muy deprisa. Lydia está muy cansada. Le duelen los pies de bailar en las reuniones. A Freddie le duele la cabeza por la cantidad de alcohol que ingiere durante esas reuniones.
                         Esto último molesta a Lydia. Le desagrada ver a su marido bailando con otras mujeres. De la misma manera que sabe que a Freddie le molesta que ella baile con otros hombres. No pueden bailar juntos todas las piezas, dicen los demás. No está bien.
                         Lydia se siente feliz cuando baila una pieza con Freddie. Quiere disfrutar de esos días.
                         Acaban de casarse. Y sólo quieren estar juntos.
-Me molesta que haya gente a nuestro alrededor-le confiesa Lydia mientras bailan el vals en el transcurso de una fiesta a la que han sido invitados.
-Me tienes sólo para ti-le recuerda Freddie con picardía.
-Sólo será hasta que acabe la pieza. Después...
-Estaremos aquí un rato. Después, nos marcharemos. Nadie se dará cuenta.
                        Al menos, se sientan juntos durante los conciertos caseros a los que asisten. Tienen que ver cómo el miembro más joven de una familia hace alarde de sus virtudes como músico.
                        Interpreta varias piezas al piano. Toca el violín. Canta. Ello trae recuerdos a Lydia. Es una virtuosa del piano. Ashley es muy buena tocando el violín.
                         Nicholas, Harry y Margaret son los que mejor voz tienen de la familia. Daban conciertos caseros. Lydia añora a sus hermanos. Piensa con frecuencia en ellos.
                         Ha visto a Nicholas besando a Jasmine en los labios en una ocasión.
-Tiene que significar algo-piensa Lydia-Puede que Nick quiera cortejar a Jas. Puede que se haya enamorado de ella.
                        Piensa en su hermana Ashley. La puede ver cuidando del jardín, tal y como le gusta hacer. Le encanta ponerse de rodillas para arrancar las malas hierbas. Cortar ella misma las flores. Le gusta que el jardín luzca hermoso.
-Mamá estará orgullosa de mí-suele decir-Le gusta que sea responsable.
                        Siempre saludaba a Freddie besándole en la mejilla.
                       Lydia esboza una sonrisa triste. Es verdad que es muy feliz. Ama con todas sus fuerzas a Freddie. Pero el matrimonio la ha alejado de su familia.
                        Piensa en su madre. En su caso, casarse con su padre la llevó a alejarse de su familia. Y de su país...
-Freddie es distinto-piensa Lydia.
                       Esos pensamientos aparecen por su mente mientras pasea por las calles de Lumding en compañía de Freddie.
                       La gente que ve en la calle no se parece en nada a la gente que vive en la colonia inglesa.
                       Es como ver dos realidades. Hay vacas paseándose por la calle. La gente las respeta.
                       Ve a personas tiradas en el suelo. Son mendigos.
-Son intocables-le explica a Freddie.
-¿Y nadie les socorre?-se sorprende.
                        Los intocables son considerados como unos parias por todo el mundo. Freddie recuerda las semanas que pasó en la misión.
                        Acudían mendigos a ella. Eran personas que estaban al borde de la muerte. Se les marcaban todos los huesos del cuerpo.
                       Las ratas acuden a los mendigos a dar cuenta de ellos. Algunos de esos mendigos están agonizantes. No se puede acercar nadie a ellos.
                       En su mayoría, están cubiertos de moscas. No es un espectáculo nada agradable de ver. Lydia quiere regresar a la colonia británica. Le duele ver esas imágenes. Freddie siente que está obrando como un miserable.
                        Se olvida de todo cuando está con Lydia. Es un maldito egoísta.



                        En la cama, Lydia comienza a besarle. Freddie le devuelve todos los besos que ella le da. Disfruta besando con deleite el cuello de la muchacha. Se excita cuando su lengua lame los pechos de Lydia.
                         En esos instantes, se olvida de que Lumding está lleno de gente que sufre.
                        De personas que se mueren de hambre todos los días. Y él no hace nada para ayudarles. Sí...El amor vuelve egoísta a la gente.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

UNA MUJER ESCRIBE

Hola a todos.
Mi idea original con respecto a los personajes de Niall y Rosalind Dashwood no era nada agradable. Lo debo de confesar. Aquí hago un gran spoiler. Mi idea original era matar a estos dos personajes. Sí, me he vuelto una sádica.
Sin embargo, tras escribir la escena de su velatorio, confieso que no me agrada. No me gusta. Así que los he dejado vivos.
Además, me siento muy identificada con el personaje de Rosalind. Le he cogido un gran cariño. No ha tenido una vida fácil.
Merecía ser feliz. Niall y ella se casaron obligados por las circunstancias. Pero él llega a enamorarse de Rosalind. Y ese amor acaba siendo correspondido.
Rosalind y yo tenemos muchos puntos en común. ¡A las dos nos encanta escribir!
De momento, Rosalind tiene más éxito que una servidora. Ha publicado dos novelas con éxito y está escribiendo la tercera. Cuenta con el apoyo de Niall para perseguir su sueño. Pero Rosalind es consciente de que la sociedad de ese entonces no mira con buenos ojos a una mujer que escribe. Por ese motivo, debe de publicar bajo seudónimo sus escritos. No obstante, no se rinde y sigue escribiendo.
¡Rosalind merece ser feliz y tener mucho éxito! ¿No os parece?


jueves, 22 de octubre de 2015

UNA FOTO DE KIMBERLY MACKENZIE

Hola a todos.
Aquí os traigo una foto de cómo me imagino a Kimberly MacKenzie.
La maestra del pueblo, hermana de Jack y la mejor amiga de Olivia. Una mujer de carácter tranquilo y apacible que, sin embargo, ha vivido mucho a lo largo de su vida.
Los hombres que han pasado por su vida le han hecho mucho daño. Kimberly sólo quiere llevar una vida tranquila y trabajar como maestra en el pueblo. Es muy buena enseñando y se involucra en las vidas de sus alumnos.
Pero Sean, el padre de Olivia, entra en su vida volviéndola del revés.
¿Le dará Kimberly una nueva oportunidad al amor?

miércoles, 21 de octubre de 2015

UNA FOTO DE ESTELLE DASHWOOD

Hola a todos.
Aquí os traigo una foto de mi querida Estelle Dashwood.
A pesar de haberse criado en La India, Estelle encarna el ideal de belleza inglesa. Aunque sea irlandesa de pura cepa.
Sin embargo, no termina de encajar en ninguno de los dos mundos en los que vive. Su cabello es de color rubio. Y su manera de pensar un tanto atípica.
Sueña con ser escritora y se ha enamorado de la persona menos idónea para ella.

viernes, 9 de octubre de 2015

LOS OJOS LLENOS DE LÁGRIMAS

Hola a todos. 
Hacía mucho tiempo que no dedicaba una entrada a la pareja formada por Marty y Emma. Ambos de mediana edad...Ambos con una gran carga a sus espaldas...
Aquí os dejo con un fragmento. 

ADVERTENCIA: No he podido acompañar con una foto a la imagen por culpa de mi ordenador, que no funciona bien. Perdonen las molestias. 

                                 Jack sospechaba que Marty y Emma estaban enamorados, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso.
                                 Vio a aquel hombre con el que había estado tantas noches en vela vigilando el ganado. Con el que había cabalgado. Con el que había compartido botellas de whisky. Marty era todo un referente para los vaqueros. Era un hombre curtido en miles de experiencias. 
                               Jack y Marty habían pasado toda la noche al aire libre. Vigilaron el ganado, por miedo a los cuatreros. Pero éstos, por suerte, no habían hecho acto de presencia. Marty no había pegado ojo en toda la noche. 
-Emma estará preocupada-dijo Jack-Se enfadará con usted, viejo.
-¿Desde cuándo me llamas de usted?-le preguntó Marty. 
                               Jack se echó a reír. Se sentó en el suelo, que estaba muy duro. Marty ya se había puesto de pie. 
                               No sabía a ciencia cierta lo que era Emma para él. Era la prostituta con la que solía acostarse. Pero era mucho más que eso. Sabía muchas cosas acerca de ella. 
                             Eran buenos amigos. Marty sabía que Emma no lo veía como algo más que un amigo o un cliente. Era sólo eso para ella, su cliente favorito. Sin embargo, Marty deseaba ser mucho más para la mujer, aunque le daba miedo expresarlo en voz alta. 
-¿Por qué no se lo dice?-le sugirió Jack.
-¿Qué quieres que le diga?-quiso saber Marty haciéndose el tonto.
-Que la quiere y no puede vivir sin ella.
-Emma no me quiere.
-Yo creo que sí.
-¿Por qué no se casa con Emma?
-Porque no me quiere y yo no la quiero a ella.
                         Jack se puso también de pie. 
                        Se sacudió de encima el polvo que se le había pegado a la ropa de haber dormido en el suelo. 
-Debes de pensar que Emma y yo somos un par de tipos raros-dijo con tristeza Marty.
-Jamás he pensado eso de usted ni de Emma-le aseguró Jack.
                        No quería ni pensar en lo que le esperaba en casa. Danielle estaría ya levantada. Marty no entendía lo que le ocurría a Jack. ¿Qué clase de hombre era que no sabía valorar a la mujer que le estaba esperando? 

lunes, 5 de octubre de 2015

ESCENA ELIMINADA DE "UN AMOR IMPOSIBLE"

Hola a todos.
Aquí os traigo una nueva escena eliminada de mi novela Un amor imposible. 
Deseo de corazón que os guste.
                           
En aquel momento, Eliza entró en la tienda. Llevaba puesto su vestido de color rojo.
Peggy se quedó sin habla al verla. Eliza sonrió abiertamente.
-¡Te has quitado el luto!-exclamó Olivia.
Peggy parpadeó.
-El negro no me favorece-sonrió Eliza.
            Olivia aplaudió. Eliza esbozó una tímida sonrisa.
-El rojo la favorece, señora Santana-dijo Peggy.
-Gracias…-sonrió Eliza.
            No sabía bien el porqué había hecho eso.
            Sólo supo que estaba harta de llevar luto por Rafael. Aquella mañana, escogió el vestido rojo. Era su vestido favorito. Se sintió rara cuando se lo puso. Rafael decía que aquel vestido lo excitaba. Pero se enfadaba cuando la veía con aquel vestido puesto en la calle. Rafael había controlado su vida desde que se conocieron. Ella había aguantado mucho a su lado.
-Deberías de vestir siempre así-le sugirió Olivia.
-¡Eso es lo que pienso hacer!-decidió Eliza.