Hola a todos.
Dado que hace bastante tiempo que no hago ninguna entrada en este blog, me gustaría compartir con vosotros este fragmento.
Es bastante largo.
Pertenece a mi novela Mía Stella.
Tiene como protagonista a la mejor amiga de Erin, Lydia Saint Raven, y a Freddie.
Veamos qué les une.
Se les ve con mucha frecuencia.
Salen a pasear. La gente comenta que hacen una buena pareja.
Van cogidos de la mano. O el brazo de Freddie rodea la cintura de Lydia. Ella, en ocasiones, apoya su cabeza en el hombro de él.
Lydia no se puede creer lo que está viviendo. Le resulta imposible de creérselo. Todavía no se cree que esté casada con Freddie. Pero lleva un anillo de oro en el dedo anular de su mano izquierda. Eso significa una cosa. No lo ha soñado.
Hace apenas unos días que empezó su luna de miel. A Lydia le parece raro dar un paseo en un palanquín.
El lugar donde han decidido pasar la luna de miel es la ciudad de Lumding.
-¿Eres feliz?-le pregunta Freddie mientras pasean en el palanquín.
-Aún me creo que pueda ser tan feliz-responde Lydia, emocionada-Tengo miedo de despertarme. De ver que todo ha sido un sueño.
Va a ser una luna de miel larga. Freddie quiere conocer La India.
Lydia está muy contenta. Sólo ha salido una vez de Kamalabari. Prefiere no recordar su estancia en Calcuta. No sabe si el viaje incluirá una visita a la ciudad.
Le gustaría ver de nuevo a la madre de Isabella. Saber cómo está.
Mira con amor a Freddie. Estarán unos días en Lumding. Lydia sabe que Freddie no disfrutó de una luna de miel con Madison. Pero las cosas han cambiado. Ahora, está casado conmigo, piensa.
No siempre pueden salir a la calle. La estación del monzón aún no ha empezado. Sin embargo, cae una fuerte tormenta durante tres días. Pasan esos tres días encerrados en casa. Lydia aprovecha la ocasión.
Le escribe cartas a su familia. Sabe que sus hermanos la echan de menos. Tanto Nicholas como Ashley se han hecho mayores. Están en edad de enamorarse. Cree que Nicholas siente algo por Jasmine Dashwood. Eso sería una excelente noticia. Lydia escucha cómo la lluvia golpea los cristales del ventanal del salón.
Su mejor amiga se convertiría en su cuñada.
-¿Qué piensas de que Jasmine se case con Nick?-le pregunta a Freddie.
Él está sentado en el sofá leyendo el periódico.
-Debería ir pensando en hacerles un regalo de boda-responde.
Lydia se echa a reír. Freddie ha vivido toda su vida en Texas. Pero va camino de convertirse en un inglés.
-Te pareces cada día más a mi padre-afirma su esposa.
-¡Dios me libre de parecerme a él!-sonríe Freddie.
La casa que han arrendado se encuentra en la colonia inglesa de la ciudad. Lydia y Freddie intentan pasar unos instantes de tranquilidad. Pero no lo consiguen siempre.
-¿Otra fiesta?-se sorprende Freddie.
Todos los días reciben invitaciones. Invitaciones para asistir a un desayuno. Esto último sorprende a Freddie. La gente no invita a nadie a desayunar. Al menos, eso no era lo que ocurría en su pueblo.
Lydia y él están en el jardín que rodean la casa. La joven revisa las invitaciones.
-¿No podemos desayunar solos?-se asombra Freddie.
-Desayunamos siempre solos-le contesta Lydia con dulzura.
Invitaciones para asistir a un concierto casero. Invitaciones para asistir a una fiesta. Invitaciones para ir a tomar el té. Invitaciones para acudir a una tertulia. Esto es familiar para Lydia.
-Lo he vivido antes-le explica-Cuando estuve en Calcuta.
-Esta gente no se aburre-afirma Freddie-Siempre están pensando en hacer algo.
-Hay invitaciones que nos hacen por separado. Escucha.
Invitaciones dirigidas a Lydia para que vaya a jugar al whist. Invitaciones dirigidas a Freddie para que vaya a jugar al cricket. Lydia selecciona esas invitaciones. Acepta unas. Rechaza otras.
Esas personas son ricas e influyentes. Pueden hacer negocios con mister Saint Raven. Freddie se siente agobiado en esas reuniones.
-Todo el mundo me mira-suele decirle a Lydia cuando entran en una casa.
Freddie habla muy poco durante esas reuniones. Los caballeros le llevan a un aparte. Pronto, fuma su primer puro y siente asco. Prefiere el tabaco que suele usar para fumar. Esos caballeros beben demasiado, en opinión del muchacho.
Las mujeres rodean a Lydia. La joven finge escucharlas. Pero son conversaciones insustanciales las que mantienen.
Los días pasan muy deprisa. Lydia está muy cansada. Le duelen los pies de bailar en las reuniones. A Freddie le duele la cabeza por la cantidad de alcohol que ingiere durante esas reuniones.
Esto último molesta a Lydia. Le desagrada ver a su marido bailando con otras mujeres. De la misma manera que sabe que a Freddie le molesta que ella baile con otros hombres. No pueden bailar juntos todas las piezas, dicen los demás. No está bien.
Lydia se siente feliz cuando baila una pieza con Freddie. Quiere disfrutar de esos días.
Acaban de casarse. Y sólo quieren estar juntos.
-Me molesta que haya gente a nuestro alrededor-le confiesa Lydia mientras bailan el vals en el transcurso de una fiesta a la que han sido invitados.
-Me tienes sólo para ti-le recuerda Freddie con picardía.
-Sólo será hasta que acabe la pieza. Después...
-Estaremos aquí un rato. Después, nos marcharemos. Nadie se dará cuenta.
Al menos, se sientan juntos durante los conciertos caseros a los que asisten. Tienen que ver cómo el miembro más joven de una familia hace alarde de sus virtudes como músico.
Interpreta varias piezas al piano. Toca el violín. Canta. Ello trae recuerdos a Lydia. Es una virtuosa del piano. Ashley es muy buena tocando el violín.
Nicholas, Harry y Margaret son los que mejor voz tienen de la familia. Daban conciertos caseros. Lydia añora a sus hermanos. Piensa con frecuencia en ellos.
Ha visto a Nicholas besando a Jasmine en los labios en una ocasión.
-Tiene que significar algo-piensa Lydia-Puede que Nick quiera cortejar a Jas. Puede que se haya enamorado de ella.
Piensa en su hermana Ashley. La puede ver cuidando del jardín, tal y como le gusta hacer. Le encanta ponerse de rodillas para arrancar las malas hierbas. Cortar ella misma las flores. Le gusta que el jardín luzca hermoso.
-Mamá estará orgullosa de mí-suele decir-Le gusta que sea responsable.
Siempre saludaba a Freddie besándole en la mejilla.
Lydia esboza una sonrisa triste. Es verdad que es muy feliz. Ama con todas sus fuerzas a Freddie. Pero el matrimonio la ha alejado de su familia.
Piensa en su madre. En su caso, casarse con su padre la llevó a alejarse de su familia. Y de su país...
-Freddie es distinto-piensa Lydia.
Esos pensamientos aparecen por su mente mientras pasea por las calles de Lumding en compañía de Freddie.
La gente que ve en la calle no se parece en nada a la gente que vive en la colonia inglesa.
Es como ver dos realidades. Hay vacas paseándose por la calle. La gente las respeta.
Ve a personas tiradas en el suelo. Son mendigos.
-Son intocables-le explica a Freddie.
-¿Y nadie les socorre?-se sorprende.
Los intocables son considerados como unos parias por todo el mundo. Freddie recuerda las semanas que pasó en la misión.
Acudían mendigos a ella. Eran personas que estaban al borde de la muerte. Se les marcaban todos los huesos del cuerpo.
Las ratas acuden a los mendigos a dar cuenta de ellos. Algunos de esos mendigos están agonizantes. No se puede acercar nadie a ellos.
En su mayoría, están cubiertos de moscas. No es un espectáculo nada agradable de ver. Lydia quiere regresar a la colonia británica. Le duele ver esas imágenes. Freddie siente que está obrando como un miserable.
Se olvida de todo cuando está con Lydia. Es un maldito egoísta.
En la cama, Lydia comienza a besarle. Freddie le devuelve todos los besos que ella le da. Disfruta besando con deleite el cuello de la muchacha. Se excita cuando su lengua lame los pechos de Lydia.
En esos instantes, se olvida de que Lumding está lleno de gente que sufre.
De personas que se mueren de hambre todos los días. Y él no hace nada para ayudarles. Sí...El amor vuelve egoísta a la gente.
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