Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros esta escena eliminada de mi novela Como una letra escarlata.
Deseo de corazón que os guste.
Mariana regresó de su paseo por el Parque de la Estrella deseando estar muerta. Lo que había visto allí le había alterado los nervios. Se maldijo así misma por no haber sido capaz de intervenir.
De hacer algo.
Penélope y Álvaro estaban sentados en un banco.
Se estaban besando.
Álvaro estaba besando a Penélope.
Mientras se despojaba de su capa, una criada le avisó de que su marido la estaba esperando en el comedor para merendar.
Alejandro y Mariana dieron cuenta cada uno de una taza de chocolate. Alejandro se percató de lo pálida que se encontraba su mujer.
Le disgustaba ver cómo Mariana salía a pasear sola. Sin llevar consigo a su doncella.
En ocasiones, ideas disparatadas pasaban por la mente de Alejandro. Como que Mariana iba a encontrarse con algún amante.
-Dile a tu hermano que se mantenga alejado de mi hermana-le ordenó Mariana con voz dura.
-¿Qué pasó?-inquirió Alejandro, extrañado-No te entiendo.
-Vi a Álvaro besando a Penélope en el Parque de la Estrella. Eso no es bueno. Ni es decente. Mi hermana es una muchacha decente.
En un primer momento, Alejandro no entendió lo que le estaba diciendo Mariana. Era evidente que la joven estaba enfadada.
Su rostro estaba enrojecido. Sus ojos parecían estar inyectados en sangre. Le temblaba la mano con la que sujetaba su taza de porcelana llena de chocolate. La mirada que le lanzó Mariana era una mirada hiriente y dura. Hasta donde Alejandro sabía, Álvaro parecía estar interesado en Penélope Laguna.
-Mi hermano jamás intentaría propasarse con tu hermana-afirmó Alejandro-Él respeta a Penélope. Lo conozco bien.
Mariana no pensaba lo mismo. En su opinión, Penélope era un ser puro. Era todo lo que ella no era.
Álvaro no iba a mancillar su pureza. No se lo iba a permitir.
-Mantén a tu hermano alejado de mi hermana-volvió a ordenar a Alejandro-Dile que no se la acerque. Yo lo estaré vigilando. ¡Que ni se le ocurra mirar a Penélope!
-Está bien-cedió Alejandro-Se lo diré.
-Te lo agradezco.
-Tan sólo te pido a cambio que dejes de salir sola. Tienes que salir conmigo. O, al menos, llevarte a tu mucama.
Uy genial escena, te mando un abrazo
ResponderEliminarHola Citu.
Eliminar¿He hecho bien los diálogos? La historia transcurre en el Ecuador del siglo XIX.
No sé si he conseguido que los personajes se expresen como se expresan allí. Y me da miedo que te lo tomes a mal.
Te tengo mucho cariño.
Un fuerte abrazo.