sábado, 31 de mayo de 2014

EL FRUTO PROHIBIDO (DÉCIMA PARTE)

Hola a todos. 
Ya sé que ayer dije que el fragmento que subía a este blog de mi relato El fruto prohibido sería el último que subiera por el momento. 
Pero he podido escribir otro fragmento, el último y definitivo por el momento, de este relato porque sentía el deseo de escribir algo romántico y alocado. 
¿De qué se trata? 
¡Os invito a que lo leáis! 

-Esto es una locura-opinó Lucía-¡Tienes que estar loco!
-Lo que es una locura es que tengamos que estar separados-replicó Ethan-Nos amamos, Luci. Y hemos de estar juntos. 
          Se habían encontrado cuando Lucía había salido a dar su acostumbrado paseo a caballo. No podía alejarse mucho del rancho de su padre. Entonces, Ethan la abordó con aquella propuesta demencial.
-¿Y adónde iríamos?-le preguntó Lucía.
               No podían irse en aquel momento. Lucía no se atrevía a regresar al rancho a coger algo de ropa y su dinero. En el fondo, pensó, estaba obrando igual que una cobarde. Ethan lo sabía. Como también sabía que no podían ir muy lejos.
-Podemos ir a cualquier parte-respondió el joven.
-No llegaríamos muy lejos-se lamentó Lucía.
                   Desmontó a su yegua. Los ojos de la joven se llenaron de lágrimas. Ethan la abrazó, deseando encontrar una solución para su problema. Llenó de besos el rostro de Lucía, intentando consolarla.
                  La joven se maldecía así misma por ser una cobarde. Porque, en el fondo de su corazón, deseaba huir con Ethan. Sin embargo, debía de ser realista. No iban a llegar muy lejos. Su padre no tardaría en enterarse y correría a buscarla. La encontraría y sería todavía peor.
-Deseo dar un paseo contigo montada en tu caballo-le confesó Lucía-A tu lado...No es mucho lo que te pido. ¿Me harías ese favor?
-¡Por supuesto que sí!-contestó Ethan-Te sentiré cerca de mí.
-Perdóname. Soy una cobarde.
                      Ethan rodeó con las manos la cintura de Lucía. Los dos se fundieron en un beso largo y denso. Un beso cargado de amor...
                      Ethan alzó a Lucía en brazos y la subió a la grupa de su caballo. Él se subió detrás de ella. Le rodeó la cintura con los brazos.
-Algún día...-susurró Ethan.
-Algún día, estaremos juntos-le prometió Lucía.
-Sí...
                       El caballo de Ethan iba al trote. Lucía cerró los ojos. Deseaba poder ser valiente. Poder huir lejos con Ethan.


1 comentario: