lunes, 14 de abril de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
En el fragmento de hoy de El Patrón, veremos cómo surge el amor entre Kate, la hermana de sir Kyle, y Charles.
¡Vamos a verlo!

-Una vez que vine a pasear por el bosque, oí gritos-le contó Kate a Charles-Me asusté mucho.
                  Llevaban algunos días viéndose a escondidas en el bosque. Desde su charla a la salida de la Iglesia de San Nicolás, Charles empezó a mostrarse interesado por Kate.
                   Sabía que la joven no podía salir sola de su casa.
                    Sólo salía cuando salía a dar un paseo a caballo. Algo que hacía casi todos los días.
-Debe de creer que estoy loca-dijo Kate.
-Yo no pienso eso-le aseguró Charles-Vivimos en un pueblo con muchas leyendas.
-Me alegro de poder hablar con usted. No me dejan hablar con nadie. Mis hermanos me tienen muy vigilada.
-Tan sólo se preocupan por usted, lady Katherine.
-¿Se preocupan por mí? Le ruego que no me haga reír, señor Burton-Jones. Se preocupan por mi virtud. Ni Kyle ni Malcolm son quiénes para tenerme encerrada.
                    Kate hablaba con franqueza y con cierta amargura. Se sentía a gusto en la compañía de Charles.
                    A veces, se sorprendía así misma pensando en él. No sólo era un joven bien parecido. La escuchaba y se interesaba por sus cosas.
                   Se detuvieron en un claro del bosque. Kate clavó sus ojos en Charles. Le habría gustado saber lo que estaba pensando. En aquel momento, Charles le robó un beso en los labios.



                      Sobresaltada, Kate se apartó de él. Podía sentir todavía los labios de Charles posados sobre sus labios. Hizo ademán de alejarse de él, pero Charles le cogió las manos.
-Lamento mucho haberla asustado, lady Katherine-se excusó el joven-Pero deseaba hacerlo desde hace mucho tiempo. Desde que se acercó a mí, a la salida de Misa. No es como las demás jóvenes. Es distinta.
                    Kate deseaba ser capaz de alejarse de Charles, pero no podía. Había algo en él que la atraía y no sabía lo que era. Nunca antes había estado enamorada. Había pasado casi toda su vida encerrada entre las paredes de la casa solariega de su familia.
-¿Qué vamos a hacer?-preguntó Kate con voz desvalida.
-Haremos lo que tú quieras-respondió Charles, atreviéndose a tutearla por primera vez.
                  Kate sintió cómo una luz irrumpía de lleno en su alma. Era algo extraño.
                  Tenía la sensación de que, por primera vez en su vida, estaba viviendo. Sí...Se sentía viva.
-Tengo miedo-confesó Kate-Tengo miedo de que mis hermanos se enteren de que hay algo muy poderoso entre tú y yo. Y que puedan separarnos.
                    Charles la abrazó con fuerza y Kate se aferró a él. De pronto, volvieron a besarse. Kate correspondió a aquel beso. Charles la besaba con auténtica ansia y Kate sentía cómo todo su ser se despertaba a la vida. El beso acabó y Kate apoyó la cabeza en el pecho de Charles.
-Nos queremos-susurró el joven-Nos queremos, Kate.
                     Hundió la cara en el cabello de la joven.
                      Charles acarició el cabello rubio de Kate.
-Nos vemos mañana-le dijo-Aquí...
                       Los ojos de Kate brillaron. Charles se maravilló ante su belleza delicada. Ante la decisión que apareció en sus ojos.
                      Kate regresó a la casa solariega sumida en una nube.
                     Kyle y Malcolm estaban tomando cada uno una copa de brandy en la biblioteca. La vieron entrar en el recibidor. Pensaron que Kate venía muy contenta y lo achacó al hecho de que había salido a dar un paseo. Entonces, la joven regresaba de muy buen humor.
-Pasa demasiado tiempo encerrada entre estas paredes-se lamentó Malcolm-No es bueno para ella.
-Por lo menos, no será corrompida por ningún libertino-le aseguró Kyle-Me he cuidado de no destruir la virtud de ninguna jovencita de la edad de Kate. No quiero llevar ese peso sobre mi conciencia.
                     Kyle oyó a Kate tararear una canción mientras se dirigía a su habitación.
-Dime lo que piensas-le pidió a Malcolm.
-Deberíamos pedirle a padre que le busque un marido-propuso su hermano mayor.
-Padre tiene un amigo que es viudo y que tiene hijos pequeños. Podría casarse con Kate y ella le ayudaría a cuidar de sus hijos. No creo que haya noche de bodas. No querrá tener más hijos.
-Buena idea...

domingo, 13 de abril de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
En el fragmento de hoy de El Patrón, nos vamos a centrar en la personalidad de Charles Burton-Jones, el joven que hará que la vida de Kate cambie.
¡Vamos a verlo!

                       No era ningún secreto.
                       Charles era el hijo ilegítimo del hermano mayor de la señora Burton-Jones. El hombre lo había tenido con una de sus amantes, una conocida cortesana. Su hermana decidió hacerse cargo del niño porque su destino era acabar en un orfanato.
                        El verdadero padre de Charles era un notorio libertino. Se había casado por amor con una sencilla modista que lo único que quería era prosperar por la vía rápida. En realidad, él era el que estaba enamorado de ella. Ella estaba enamorada de su dinero. El matrimonio fue un fracaso y él regresó a su rutina plagada de amantes.
                     El duque de Fairfax era el hermano de la señora Burton-Jones. Y también era el verdadero padre de Charles. En su juventud, la señora Burton-Jones había vivido prácticamente encerrada en su casa solariega. Mientras, su hermano iba de juerga en juerga por todo Londres. Y por gran parte de Europa... Su matrimonio fue un arreglo hecho entre su hermano y su marido. De este modo, estaría más vigilada. Charles pensaba que se parecía mucho a Katherine Frances Saint Leger. También vivía encerrada.
                      Charles se enteró de que los Burton-Jones no eran sus padres cuando era un niño. Una conversación entre la que creía que era su madre y el que creía que era su tío le hizo ver que, en realidad, aquel hombre era su verdadero padre.
-¿Acaso piensas plagar de bastardos toda Inglaterra?-le espetó la señora Burton-Jones a su hermano en el salón-¿No te parece suficiente con Charles?
-Mi hijo está bien cuidado-le recordó su hermano.
                      Más tarde, cuando Charles era un adolescente, le explicaron la verdad acerca de sus orígenes. El chico quiso conocer a su verdadera madre. Pero su verdadero padre le contó que había muerto de una infección al poco de nacer él.
                     Aquel hombre, cuando empezó a sentirse enfermo, empezó a interesarse cada vez más por Charles. Sus visitas a la casa de su hermana para ver a su hijo ilegítimo se hicieron cada vez más frecuentes. Empezó a entregarle a su hermana cierta cantidad de dinero para compensarla por el hecho de que estaba criando ella a su hijo. De aquel modo, le ayudaba a pagar los gastos que ocasionaban los estudios de Charles.
-No me hace falta tu dinero-le aseguró la señora Burton-Jones en una de aquellas veces.
-Charles, aunque no lleve mi apellido, es mi único hijo, hermana-le recordó su hermano-Sophy no puede tener hijos. Yo he querido tener a Charles en mi casa. Pero Sophy no ha querido.
-¿Acaso puedo culparla de no querer cargar con el fruto de tu pecado?
                       El duque falleció cuando Charles cumplió veintiún años. Sophy montó en cólera al enterarse de que su marido apenas le dejaba parte de su herencia. Toda ella iba a parar casi en su totalidad a manos de Charles.
                      El joven, por suerte, no se parecía en nada a su disoluto padre. Por lo menos, no se parecía a él en el carácter. En el físico...Era el vivo retrato del duque.
                      A raíz del incidente ocurrido entre Holly y Malcolm, Charles deseó conocer más a fondo a la que iba a ser la familia política de Holly. Un domingo, al salir de Misa en la Iglesia de San Nicolás, la hermana menor de Malcolm, Kate, se acercó a él.
-¿Conoce la leyenda de la gitana, señor Burton-Jones?-le preguntó.
                  Kate le contó que había visto el fantasma de una gitana que había muerto carbonizada en el transcurso de un incendio.
-Los fantasmas no existen, lady Katherine-respondió Charles.
-Yo creo que sí existen-afirmó la joven-Lo que pasa es que aún no ha visto uno.
-Kate...-la llamó lady Margaret, su madre.
                     Kate fue al encuentro con su familia.
-Este pueblo está lleno de fantasmas-afirmó antes de irse.
                     Charles la vio subir al carruaje de la familia Saint Leger. Pensó que lo que había ocurrido no podía ser real. Rara vez se le permitía a Kate bajar al pueblo, excepto cuando era domingo y había que ir a Misa. No estaba acostumbrada a relacionarse con nadie. Su familia se lo tenía casi prohibido.
                   Fantasmas, pensó Charles mientras se dirigía a su casa en el carruaje de su familia.
-Te he visto hablando con mi futura cuñada-observó Holly.
-Me ha preguntado si he visto un fantasma-respondió Charles.
-Te ruego que no hagas nada que estropee mi futura boda. Malcolm es mi última oportunidad de quedarme soltera.
-No haré nada que pueda perjudicarte. Te doy mi palabra.
                   Pero Charles se distrajo enseguida. Estaba pensando en fantasmas. Y también estaba pensando en Katherine Frances Saint Leger.

sábado, 12 de abril de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
En el fragmento de hoy de El Patrón, sir Kyle deja los recuerdos de su vida pasada cuando ve a Olivia O' Hara por primera vez.
¡Vamos a ver lo que pasa!

                         La primera vez que sir Kyle Saint Leger vio a Olivia O' Hara, la joven estaba echando paja fresca en una de las cajas del establo.
                        Llevaba puesta una camisa de corte masculino. Los pantalones que llevaba puestos parecían ceñirse a un par de esculturales piernas. El poncho viejo que llevaba encima de la camisa intentaba disimular unas medidas perfectas. Su piel era morena, como tostada por el Sol. Llevaba su largo cabello de color caoba suelto. Él regresaba de dar un paseo por sus tierras a lomos de su caballo favorito, un semental negro llamado Diablo. 
                       Por primera vez en mucho tiempo, sir Kyle se sintió cohibido en presencia de una mujer.
                        Olivia se percató de que había alguien más en el establo con ella. Clavó en sir Kyle una mirada de color azul cielo.
-Buenos días, patrón-le saludó.
-¿Quién eres tú?-le preguntó sir Kyle.
-Me llamo Olivia O' Hara. He empezado a trabajar hoy aquí.
-No eres una sirvienta.
-No, patrón. Soy un peón más.
-¿Un peón? ¿Tú?
                      Sir Kyle estaba tan sorprendido que no se rió.
-He hablado con Marty y me ha dicho que puedo empezar a trabajar hoy-contestó Olivia-Espero que no le moleste. Ayudo en el rancho de mi padre. No es como el suyo, cierto. Pero estoy acostumbrada a trabajar y no suelo cansarme nunca. Me encantan los caballos. Me llevo bien con ellos.
                      Sir Kyle se quedó sorprendido. Olivia era una joven directa y daba por sentado que estaría encantado de tenerla trabajando en el rancho.
-Patrón, veo que ya conoce a Olivia-intervino Marty-Espero que no le importe que trabaje aquí.
                    Sir Kyle desmontó a Diablo. Pero no le quitaba la vista de encima a Olivia.
-No...-dijo-Pero...Es una mujer.
-¡Yo puedo trabajar más que cualquiera de sus peones!-afirmó Olivia con vehemencia.
-Mira, eso no lo dudo. Pero...Las mujeres están hecha de otra pasta. No soportarían una caída violenta de un caballo.
-Livie se ha caído muchas veces de su yegua Yasmina y siempre vuelve a levantarse-afirmó Marty.
-¡Es cierto!-insistió Olivia.
                       Al mirarla, sir Kyle tuvo la sensación de que estaba viendo a Kate.
                      Los recuerdos volvieron a su mente.
                       Por supuesto, Kate no se parecía en el físico a Olivia.
                      La había creído una criatura tímida. Por eso, pensaba, no quería viajar a Londres. La gran ciudad la intimidaba. Egoístamente, tanto Kyle como Malcolm se habían sentido aliviados con la decisión de Kate.
                        Una noche, en la biblioteca, Kyle habló del tema con Kate. Quería saber el porqué su hermana no deseaba viajar a Londres.



                    Kate se mantuvo esquiva con aquel tema.
-Puede que a ti te guste mucho esa ciudad-le dijo a su hermano mayor-Pero yo, personalmente, la detesto. Casi prefiero quedarme aquí.
                   Kyle dio por buena aquella afirmación. En realidad, deseaba tener a Kate encerrada dentro de su casa solariega. Sus padres la protegían en exceso. Tenía una doncella que la acompañaba a todas partes. Menos cuando salía a dar un paseo a caballo, como hacía todos los días.
-Yo no pienso obligarte a hacer algo que no quieras hacer-le prometió Kyle.
                   Kate esbozó una sonrisa tranquila.
-Y yo te lo agradezco-le aseguró.
-Casi prefiero que estés aquí-afirmó Kyle.
                    Kate le lanzó una mirada que Kyle interpretó como sarcástica.
                   La joven habló de que la alta sociedad londinense se reiría de ella. Nunca había salido de la casa solariega de los Saint Leger, más que en contadas ocasiones. Su vida se reducía a las tierras de su familia.
                    Se sentía torpe. Se sentía incapaz de hacer frente a una puesta de largo.
                   Sus palabras parecieron aliviar los temores de Kyle.
-Hablaré con padre y con madre-le prometió.
-Eres muy bueno-dijo Kate.
                     Lo malo era que Kate albergaba intenciones ocultas sobre sus deseos de quedarse. Kyle no lo supo.
                    Hasta que no fue demasiado tarde.
                    Estaba convencido de que Kate era demasiado hermosa como para ser presentada en sociedad. Ya se encargaría él mismo de buscarle un marido, pero sería un marido que no la mancillase. Kate debía de preservar su pureza. Sin embargo, con sus ojos de color verde oscuro y su cabello de color rubio dorado, Kate no pasaba desapercibida. Había captado la atención de cierto joven del pueblo.
                  De Charles Burton-Jones...
                  El hermano de Holly y futuro cuñado de Malcolm...

viernes, 11 de abril de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
En mi blog "Un blog de época", hablé largo y tendido acerca de las hermanas menores de los protagonistas libertinos.
Aunque sea un gran tópico, un libertino como sir Kyler Saint Leger tiene una hermana menor.
Sin embargo, aunque su apariencia sea la de la típica hermana menor de un protagonista libertino que justifica hasta lo injustificable de los actos de su hermano mayor, esta chica hará algo que lo cambiará todo.
En este cuento dedicado a sir Kyler, conoceremos más a fondo a su hermana menor.

                        Sir Kyler Saint Leger pasaba las horas muertas mirando uno de los cuadros que había traído consigo desde Inglaterra. Era el retrato de una joven. Una vez, Anne quiso saber quién era aquella joven.
                         Supo, entonces, que sir Kyle, además de tener un hermano mayor llamado Malcolm, tenía una hermana menor llamada Katherine Frances. Todos la llamaban cariñosamente Kate.
                        Casi podía verla con su largo cabello suelto. Era rubia, igual que su madre. En el cuadro, Kate aparecía mirando al frente, con sus expresivos ojos de color verde oscuro, aunque moteados de color dorado. Aquellos ojos estaban coronados por unas pestañas espesas. La vida de Kate transcurrió de manera normal hasta que tuvo dieciocho años. Fue entonces cuando Malcolm y Kyle se dieron cuenta de que se había convertido en una hermosa joven.
                        Londres estaba llena de libertinos que podían arrebatarle su candor a Kate.
                       Sir Kyle suspiraba cada vez que veía a la doncella de Kate cepillando su largo cabello suelto todas las noches antes de acostarse.
-No puedes retener a Kate eternamente en este lugar-le dijo Malcolm en una reunión en su estudio.
-Seamos sinceros-admitió Kyle-Ninguno de los dos quiere que Kate viaje a Londres.
-Daremos mucho de qué hablar si nuestra hermana no tiene su puesta de largo, como toda joven de su condición social.
-Kate está más segura viviendo aquí que en Londres.
-Tus escándalos son de sobra conocidos allí. Se dice que tienes multitud de hijos secretos. Y que no has reconocido a ninguno.
                      Kyle se echó a reír con ganas.
-Los dos sabemos que eso no es cierto-le aseguró.
-Pero sí son ciertos los otros rumores que circulan sobre ti-insistió Malcolm-Tus borracheras...Duermes hasta muy tarde. Y juegas a las cartas.
-¡Siempre gano!
                          Kyle pasaba largas temporadas en Londres. Había acudido al campo para ayudar a su familia con los preparativos para la boda de su hermano. Se iba a casar.
                           Organizaba fiestas en la residencia de su familia, en el barrio de Mayfair. Se bebía mucho y traía a prostitutas. Kyle se juntaba con la peor gentuza de la ciudad. Y eso escandalizaba a su familia.
                            Kyle tenía fama de ser todo un conquistador desde que se convirtió en un adolescente. Se volvía loco por cuanta mujer guapa viera. Incluso, en el pueblo. Por su cama habían pasado desde altivas duquesas hasta humildes criadas. Y todas decían que era el mejor amante del mundo. No exageraban. El apetito sexual de Kyle no conocía límites. Incluso, se había acostado con varias mujeres a la vez. Por supuesto, tales rumores no debían de llegar a oídos de Kate. Su hermana era demasiado cándida.
                          La boda de Malcolm era un tanto obligada. Kate se lo contó a Kyle cuando salieron a dar un paseo.
-Se casa obligado-le contó-Él no quiere casarse.
                         El comentario, hecho mientras montaban a caballo, despertó el interés de Kyle.
                         Kate le contó que Malcolm había asistido a una fiesta que celebraban una familia vecina, los Burton-Jones.
-Tienen una hija de la que se dice que se va a quedar soltera-relató Kate-Yo no la conozco muy bien. Sólo sé que se llama Holly. He oído que es del montón. Tiene el cabello de color castaño claro.
                           Por lo visto, Holly había decidido que no quería quedarse soltera. A pesar de que Malcolm era el hijo de un baronet, se había fijado en él.
-¿Y qué hizo?-inquirió Kyle.
-Te lo puedes imaginar-contestó Kate, sonriendo con picardía.
                          Malcolm, a pesar de su seriedad, se había dejado llevar por sus apetitos. Salió a dar un paseo por el jardín con Holly Burton-Jones. El baile estaba a punto de concluir y se iba a celebrar el cotillón. El padre de Holly fue a buscarla. Y la encontró dándose besos con Malcolm.
-¿Y qué dice nuestro hermano?-inquirió Kyle.
-No para de quejarse desde ese día-contestó Kate-Yo no me alegro por él. Pero padre y madre dicen que tiene que cumplir con su deber. Por lo menos, no hacer lo que haces tú.
-¿Y qué se supone que hago yo?
-Deshonrar mujeres.
-¡Kate!
                           La familia Saint Leger vivía en el tranquilo pueblo de Pluckley. Los padres de Kyle rara vez viajaban a Londres. Kate parecía estar encantada de tener a su hermano con ella.
                         En una ocasión, Kate visitó el cementerio con Kyle. Depositó un ramo de flores en la tumba de sus abuelos, dentro del mausoleo de la familia Saint Leger. Se santiguó. Kyle observó la escena con cierta distancia, sintiéndose conmovido por la religiosidad de Kate. Estaba convencido de que no quedaba nada bueno en su interior.
-La Dama Roja viene aquí buscando al hijo que le mataron nada más nacer-le contó Kate.
-¡Esos son cuentos de viejas!-bufó Kyle-No existe ninguna Dama Roja.
-Yo no la he visto. Pero Charles dice que existe.
-¿Quién es Charles?
-Charles Burton-Jones, el hermano menor de Holly. Le pegó un puñetazo a Malcolm cuando le vio con su hermana. Le veo mucho cuando salgo a montar a caballo.
-Entiendo.



                     Regresaron a la casa solariega en el carruaje de la familia.
                     Durante los días siguientes, Kyle y Malcolm se fijaron en que Kate no parecía muy dispuesta a ir a Londres.
                     Se lo comentó a su madre mientras tomaban el té en el salón.
-No tengo muchas ganas de viajar a la capital-dijo-No me hace ninguna ilusión mi puesta de largo.
                    Kyle y Malcolm estaban presentes en aquel momento. Lady Margaret, la madre de los tres, se escandalizó al escuchar las pretensiones de su hija menor. Sin embargo, tanto Kyle como Malcolm respiraron aliviados.
-En Londres, sólo puede encontrar a canallas-intervino Kyle.
                     Lady Margaret le fulminó con la mirada. No entendía el porqué su hija no quería viajar a Londres, como le correspondía a una joven de su condición social.
-Te lo he dicho, madre-insistió Kate-No me hace ilusión viajar a una ciudad que no conozco para buscar marido.
-Yo creo que hace bien-afirmó Malcolm.
                        Kyle era un libertino y él se iba a casar en contra de su voluntad. Pero se podía salvar a Kate.

viernes, 4 de abril de 2014

OLIVIA O' HARA A LOS TRECE AÑOS

Hola a todos.
Hoy, me gustaría enseñaros cómo me he imaginado a Olivia con doce años.
Esta edad corresponde a la época en la que transcurre Un amor imposible. 
Olivia es una niña de doce años (cumple trece a lo largo de la historia). Lleva su cabello caoba recogido en dos trenzas y aborrece llevar vestidos.
Le gusta saltar y correr, además de subirse a los árboles.
Su vida transcurre de manera tranquila en el pequeño rancho de su familia, donde vive con sus padres y sus dos hermanos mayores.
Aunque, a lo largo de la novela, veremos cómo se va desarrollando la enfermedad nerviosa que padece Olivia. Una enfermedad que la postra con frecuencia en la cama, ya que sufre brotes de fiebre cerebral.
La actriz de la nueva versión de Valor de Ley, Hailee Steinfield, es quien he escogido para que sea Olivia con trece años.
¿Creéis que podría ser una perfecta Olivia?

jueves, 3 de abril de 2014

DOLOR Y SOLEDAD

Hola a todos.
Esta escena que os voy a mostrar podría estar sacada perfectamente de Con el corazón roto. 
Podría ser Freddie solo y sumido en la más absoluta tristeza. La niebla le rodea y el paisaje que se nos muestra es desolador.
Empieza a salir el Sol, pero la noche ha sido larga y oscura.
¿Por qué de la soledad de Freddie? ¿Por qué está sufriendo lejos de la gente que le quiere?
¿De qué se esconde?
No puedo adelantarme a los acontecimientos. Pero sólo puedo deciros que un terrible suceso golpea con virulencia a Freddie en Con el corazón roto. 
¿De qué se trataría?

martes, 1 de abril de 2014

EL SALVAJE OESTE SEGÚN BRIGHID FARRELL

Hola a todos.
Hoy, me gustaría dejaros con un comentario que hace Brighid en una carta acerca del Salvaje Oeste. Su hermana Sarah vive en un pequeño pueblo de Texas con Sean, su marido, con el que ha tenido tres hijos. El problema viene a raíz de la vida que se lleva allí. Sarah es quien recibe esa carta.
Un estilo de vida muy peligroso cuando el sheriff es un inútil y hay algún que otro maleante suelto por ahí.

                    El Salvaje Oeste está lleno de elementos indeseables. Forajidos...Tramperos...Gente de la peor calaña...No sé qué estás haciendo viviendo en ese lugar tan horrible. No creo que seas feliz allí, hermana. Y tú estás allí. Y te siento sola. No creo que tu marido te defienda ante un posible ataque de cualquier indeseable. Es un inútil, hermana. Las dos lo sabemos bien.
                    No sé cómo puedes ser feliz ahí. Me hablas de una pequeña granja en la que vives con tu marido y con vuestros hijos. Has sido otra vez madre. ¡Sabe Dios cuánto tiempo tiene en realidad tu hija!
                    Me hablas de cómo Sean parte la leña. De lo mucho que le ayudas en la granja. Pero tengo la sensación de que eres tú quién trabaja. Y Sean no sabe hacer nada. Tan sólo sabe meterse en líos.