domingo, 13 de abril de 2014

EL PATRÓN

Hola a todos.
En el fragmento de hoy de El Patrón, nos vamos a centrar en la personalidad de Charles Burton-Jones, el joven que hará que la vida de Kate cambie.
¡Vamos a verlo!

                       No era ningún secreto.
                       Charles era el hijo ilegítimo del hermano mayor de la señora Burton-Jones. El hombre lo había tenido con una de sus amantes, una conocida cortesana. Su hermana decidió hacerse cargo del niño porque su destino era acabar en un orfanato.
                        El verdadero padre de Charles era un notorio libertino. Se había casado por amor con una sencilla modista que lo único que quería era prosperar por la vía rápida. En realidad, él era el que estaba enamorado de ella. Ella estaba enamorada de su dinero. El matrimonio fue un fracaso y él regresó a su rutina plagada de amantes.
                     El duque de Fairfax era el hermano de la señora Burton-Jones. Y también era el verdadero padre de Charles. En su juventud, la señora Burton-Jones había vivido prácticamente encerrada en su casa solariega. Mientras, su hermano iba de juerga en juerga por todo Londres. Y por gran parte de Europa... Su matrimonio fue un arreglo hecho entre su hermano y su marido. De este modo, estaría más vigilada. Charles pensaba que se parecía mucho a Katherine Frances Saint Leger. También vivía encerrada.
                      Charles se enteró de que los Burton-Jones no eran sus padres cuando era un niño. Una conversación entre la que creía que era su madre y el que creía que era su tío le hizo ver que, en realidad, aquel hombre era su verdadero padre.
-¿Acaso piensas plagar de bastardos toda Inglaterra?-le espetó la señora Burton-Jones a su hermano en el salón-¿No te parece suficiente con Charles?
-Mi hijo está bien cuidado-le recordó su hermano.
                      Más tarde, cuando Charles era un adolescente, le explicaron la verdad acerca de sus orígenes. El chico quiso conocer a su verdadera madre. Pero su verdadero padre le contó que había muerto de una infección al poco de nacer él.
                     Aquel hombre, cuando empezó a sentirse enfermo, empezó a interesarse cada vez más por Charles. Sus visitas a la casa de su hermana para ver a su hijo ilegítimo se hicieron cada vez más frecuentes. Empezó a entregarle a su hermana cierta cantidad de dinero para compensarla por el hecho de que estaba criando ella a su hijo. De aquel modo, le ayudaba a pagar los gastos que ocasionaban los estudios de Charles.
-No me hace falta tu dinero-le aseguró la señora Burton-Jones en una de aquellas veces.
-Charles, aunque no lleve mi apellido, es mi único hijo, hermana-le recordó su hermano-Sophy no puede tener hijos. Yo he querido tener a Charles en mi casa. Pero Sophy no ha querido.
-¿Acaso puedo culparla de no querer cargar con el fruto de tu pecado?
                       El duque falleció cuando Charles cumplió veintiún años. Sophy montó en cólera al enterarse de que su marido apenas le dejaba parte de su herencia. Toda ella iba a parar casi en su totalidad a manos de Charles.
                      El joven, por suerte, no se parecía en nada a su disoluto padre. Por lo menos, no se parecía a él en el carácter. En el físico...Era el vivo retrato del duque.
                      A raíz del incidente ocurrido entre Holly y Malcolm, Charles deseó conocer más a fondo a la que iba a ser la familia política de Holly. Un domingo, al salir de Misa en la Iglesia de San Nicolás, la hermana menor de Malcolm, Kate, se acercó a él.
-¿Conoce la leyenda de la gitana, señor Burton-Jones?-le preguntó.
                  Kate le contó que había visto el fantasma de una gitana que había muerto carbonizada en el transcurso de un incendio.
-Los fantasmas no existen, lady Katherine-respondió Charles.
-Yo creo que sí existen-afirmó la joven-Lo que pasa es que aún no ha visto uno.
-Kate...-la llamó lady Margaret, su madre.
                     Kate fue al encuentro con su familia.
-Este pueblo está lleno de fantasmas-afirmó antes de irse.
                     Charles la vio subir al carruaje de la familia Saint Leger. Pensó que lo que había ocurrido no podía ser real. Rara vez se le permitía a Kate bajar al pueblo, excepto cuando era domingo y había que ir a Misa. No estaba acostumbrada a relacionarse con nadie. Su familia se lo tenía casi prohibido.
                   Fantasmas, pensó Charles mientras se dirigía a su casa en el carruaje de su familia.
-Te he visto hablando con mi futura cuñada-observó Holly.
-Me ha preguntado si he visto un fantasma-respondió Charles.
-Te ruego que no hagas nada que estropee mi futura boda. Malcolm es mi última oportunidad de quedarme soltera.
-No haré nada que pueda perjudicarte. Te doy mi palabra.
                   Pero Charles se distrajo enseguida. Estaba pensando en fantasmas. Y también estaba pensando en Katherine Frances Saint Leger.

2 comentarios:

  1. muy interesante, te mando un beso y te me cuidas

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    1. Hola Citu.
      Espero poder terminar este relato a lo largo de toda esta semana.
      Deseo de corazón que te esté gustando.
      Un fuerte abrazo.

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