Hola a todos.
En el fragmento de hoy de El Patrón, sir Kyle deja los recuerdos de su vida pasada cuando ve a Olivia O' Hara por primera vez.
¡Vamos a ver lo que pasa!
La primera vez que sir Kyle Saint Leger vio a Olivia O' Hara, la joven estaba echando paja fresca en una de las cajas del establo.
Llevaba puesta una camisa de corte masculino. Los pantalones que llevaba puestos parecían ceñirse a un par de esculturales piernas. El poncho viejo que llevaba encima de la camisa intentaba disimular unas medidas perfectas. Su piel era morena, como tostada por el Sol. Llevaba su largo cabello de color caoba suelto. Él regresaba de dar un paseo por sus tierras a lomos de su caballo favorito, un semental negro llamado Diablo.
Por primera vez en mucho tiempo, sir Kyle se sintió cohibido en presencia de una mujer.
Olivia se percató de que había alguien más en el establo con ella. Clavó en sir Kyle una mirada de color azul cielo.
-Buenos días, patrón-le saludó.
-¿Quién eres tú?-le preguntó sir Kyle.
-Me llamo Olivia O' Hara. He empezado a trabajar hoy aquí.
-No eres una sirvienta.
-No, patrón. Soy un peón más.
-¿Un peón? ¿Tú?
Sir Kyle estaba tan sorprendido que no se rió.
-He hablado con Marty y me ha dicho que puedo empezar a trabajar hoy-contestó Olivia-Espero que no le moleste. Ayudo en el rancho de mi padre. No es como el suyo, cierto. Pero estoy acostumbrada a trabajar y no suelo cansarme nunca. Me encantan los caballos. Me llevo bien con ellos.
Sir Kyle se quedó sorprendido. Olivia era una joven directa y daba por sentado que estaría encantado de tenerla trabajando en el rancho.
-Patrón, veo que ya conoce a Olivia-intervino Marty-Espero que no le importe que trabaje aquí.
Sir Kyle desmontó a Diablo. Pero no le quitaba la vista de encima a Olivia.
-No...-dijo-Pero...Es una mujer.
-¡Yo puedo trabajar más que cualquiera de sus peones!-afirmó Olivia con vehemencia.
-Mira, eso no lo dudo. Pero...Las mujeres están hecha de otra pasta. No soportarían una caída violenta de un caballo.
-Livie se ha caído muchas veces de su yegua Yasmina y siempre vuelve a levantarse-afirmó Marty.
-¡Es cierto!-insistió Olivia.
Al mirarla, sir Kyle tuvo la sensación de que estaba viendo a Kate.
Los recuerdos volvieron a su mente.
Por supuesto, Kate no se parecía en el físico a Olivia.
La había creído una criatura tímida. Por eso, pensaba, no quería viajar a Londres. La gran ciudad la intimidaba. Egoístamente, tanto Kyle como Malcolm se habían sentido aliviados con la decisión de Kate.
Una noche, en la biblioteca, Kyle habló del tema con Kate. Quería saber el porqué su hermana no deseaba viajar a Londres.
Kate se mantuvo esquiva con aquel tema.
-Puede que a ti te guste mucho esa ciudad-le dijo a su hermano mayor-Pero yo, personalmente, la detesto. Casi prefiero quedarme aquí.
Kyle dio por buena aquella afirmación. En realidad, deseaba tener a Kate encerrada dentro de su casa solariega. Sus padres la protegían en exceso. Tenía una doncella que la acompañaba a todas partes. Menos cuando salía a dar un paseo a caballo, como hacía todos los días.
-Yo no pienso obligarte a hacer algo que no quieras hacer-le prometió Kyle.
Kate esbozó una sonrisa tranquila.
-Y yo te lo agradezco-le aseguró.
-Casi prefiero que estés aquí-afirmó Kyle.
Kate le lanzó una mirada que Kyle interpretó como sarcástica.
La joven habló de que la alta sociedad londinense se reiría de ella. Nunca había salido de la casa solariega de los Saint Leger, más que en contadas ocasiones. Su vida se reducía a las tierras de su familia.
Se sentía torpe. Se sentía incapaz de hacer frente a una puesta de largo.
Sus palabras parecieron aliviar los temores de Kyle.
-Hablaré con padre y con madre-le prometió.
-Eres muy bueno-dijo Kate.
Lo malo era que Kate albergaba intenciones ocultas sobre sus deseos de quedarse. Kyle no lo supo.
Hasta que no fue demasiado tarde.
Estaba convencido de que Kate era demasiado hermosa como para ser presentada en sociedad. Ya se encargaría él mismo de buscarle un marido, pero sería un marido que no la mancillase. Kate debía de preservar su pureza. Sin embargo, con sus ojos de color verde oscuro y su cabello de color rubio dorado, Kate no pasaba desapercibida. Había captado la atención de cierto joven del pueblo.
De Charles Burton-Jones...
El hermano de Holly y futuro cuñado de Malcolm...
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